(Algo
de Luz en las
tinieblas de la Masonería Moderna)
La
confusión mental y doctrinaria que reina entre muchos masones bienintencionados
hace necesario clarificar puntualmente una serie de hechos y cuestiones que,
por ignorancia o mala fe, siempre quedan en las tinieblas de
la ignorancia.
La principal causa de confusión reside en el
desconocimiento de cuales fueron las reales causas y las consecuencias de la
creación “ex nihilo” de la llamada
Gran Logia de Londres en 1717.
No se puede entender cual fue la causa de la
creación de la Gran Logia
de Londres si se ignora cual era la situación religioso-dinástico- política en la Gran Bretaña del siglo XVIII.
En efecto, las guerras religiosas y dinásticas
son la verdadera causa de la creación de la neo-masonería especulativa moderna.
1) El
Cisma Masónico de 1717 y la irregularidad de origen:
Sintéticamente, la
cuestión puede describirse así: durante
las guerras religiosas entre protestantes y católicos, en el siglo XVII, el
Parlamento inglés, dominado por los protestantes, envió una misión secreta a
Holanda para que el rey Guillermo I envíe sus ejércitos a Inglaterra. Ni lerdo
ni perezoso, Guillermo I de Hannover-Brunswick-Orange invade Gran Bretaña y
destrona al rey legítimo de Inglaterra y Escocia, cuyas coronas estaban unidas, perteneciente a la Casa de Estuardo, que era
principalmente católica.
Obviamente, el resultado
fue una rebelión generalizada de ingleses, escoceses, irlandeses y galeses,
todos legitimistas.
Los Masones Operativos
de Gran Bretaña, aparte de las razones estrictamente religiosas, se unieron
decididamente a la lucha contra los invasores por lealtad al rey derrocado y en
defensa de sus fuentes de trabajo pues la facción más extrema de los
protestantes - los puritanos - estaban en contra de la construcción y la
refacción de iglesias, conventos, catedrales, etc. por considerarlos un lujo
innecesario.
Por otra parte, luego de
la Revocación del Edicto de Nantes en 1685, más de medio millón de franceses
protestantes (hugonotes) se refugiaron en Londres que se convirtió en una de
las capitales europeas con mayor influencia protestante.
Así las cosas, ser católico
o masón en el Londres de principios del siglo XVIII, era ser altamente sospechoso de “papismo” lo cual
constituía un peligro cierto para la integridad de las personas y sus bienes
…
En este contexto, se
explica fácilmente la necesidad de constituir una organización masónica nueva
que reemplazase a la antigua y que fuese leal a los monarcas usurpadores. El “factotum” de esta revolución fue el
pastor James Anderson que, originalmente, era “Brother of Jakim” (capellán) de una Logia operativa en Escocia y
luego paso a ser Capellán de la
Logia “St. Paul” en Londres. Un “Brother of Jakim”
no era un iniciado masón – y mucho menos un Maestro Masón - sino que, al igual
que el médico y también bajo juramento de secreto, presenciaba cierta parte de los rituales y asistía
espiritualmente a los miembros de la Logia. Obviamente , Anderson
carecía de las cualidades iniciáticas necesarias para cambiar el sistema
tradicional de trabajo.
Las alteraciones
principales que introdujo este verdadero cisma masónico fueron: la inversión de las Palabras Sagradas de los
dos primeros Grados y consecuentemente la posición de las Columnas “J” y “B” en
la Logia ;
inversión del Orden de Apertura de los Trabajos pues los Masones Operativos
comienzan en el Grado mas alto posible y van bajando según las posibilidades;
inversión de las Joyas del Primer y Segundo Guardianes; exclusión de la mujer
que siempre fue admitida en la Masonería antigua; desplazamiento del Ara del
Centro de la Logia
al Oriente; desplazamiento de los Tres Grandes Maestros del Occidente al
Oriente de la Logia
y otras muchas.
Este cisma se llevó a cabo por medio de la
creación de un cuerpo extraño a la Masonería Operativa antigua: una llamada “Gran Logia” que no registraba
antecedentes previos y era totalmente desconocida hasta ese momento. No en vano
los continuadores de la Gran Logia
de Londres afirman que la Gran Logia
de Londres de 1717 es “la primera del mundo” lo cual es totalmente cierto y es
la mejor prueba de que antes de ese momento NO existía una institución como esa
que rompía con el sistema antiguo de Grados y desquiciaba el Orden de los Trabajos.
Mal que les pese a
muchos masones ilusionados con una visión republicana, liberal y “adogmática” -
como se dice ahora - el modelo adoptado por las “Grandes Logias” está claramente
copiado de las monarquías absolutas europeas de la edad moderna y totalmente alejado
de la descentralización que tenían las Logias antiguas heredada del orden
feudal medieval. Este modelo se perpetua hasta nuestros días …
Durante este
período, se introdujeron procedimientos e ideas ajenos a la Masonería Operativa
antigua que, técnicamente hablando, constituyen reales profanaciones del
sistema constructivo tradicional. Veamos algunas: la introducción de la
“Tolerancia” como una virtud masónica cuando, en realidad, esa idea proviene
del campo de las luchas dinástico- religiosas cuando el rey usurpador holandés
Guillermo I de Orange proclama el Bill de Tolerancia para detener los
enfrentamientos entre Anglicanos, Católicos romanos y Protestantes. Así, la
prohibición de hablar sobre religión y política dentro de las Logias también
corresponde a los intentos de que no haya enfrentamientos entre Hermanos.
Recordemos que, además, se prohibió a los gentilhombres ingresar con armas en
las Logias … En esta misma línea de reformas, se centró el fundamento
doctrinario de los trabajos masónicos en
el Antiguo Testamento, especialmente en la construcción del Templo del Rey
Salomón, expurgando toda referencia al Cristianismo para evitar el
enfrentamiento entre las distintas confesiones cristianas. Este sería el remoto
origen de la descristianización de los Rituales de los tres Grados Simbólicos
que fuera acelerado, en el siglo XIX, por la línea netamente laicista y
anticlerical, post-revolucionaria y napoleónica, del positivismo francés que ya
había copado y profanado las Logias.
Este lamentable
experimento dislocó el antiguo sistema de trabajo de la Masonería Operativa y
desembocó, luego de muchas alternativas, en el actual sistema incompleto de los
tres Grados Azules. En efecto, debido a estas alteraciones lo mas importante y
central de la Masonería antigua quedó excluido de los tres Grados Azules: la Masonería de la Marca (Mark Masonry, que constituye los verdaderos tres Grados de
Compañero) y la Maestría del Arco Real (Royal
Arch Mason) . El pastor Anderson y sus secuaces procedieron a expurgar
todos los elementos técnicos, rituales y simbólicos que recordasen a la
Masonería Antigua – sin excluir la quema de documentos de los Operativos – pues
“the learned doctor” despreciaba
profundamente los textos técnicos y geométricos antiguos, a los que llamaba “Gothik Constitutions”, para
reemplazarlos por el moralismo protestante. No en vano los masones anglosajones
definen a la Masonería como “un sistema de moralidad velado por alegorías e ilustrado por
símbolos.” Se nota claramente que toda
mención o referencia a la Vía Iniciática, a la realización espiritual y sus métodos, al simbolismo y a la Geometría
son ya ajenas a esta mentalidad moderna y desviada.
Es
importante señalar este viraje desde el predominante catolicismo de los Masones
Operativos antiguos hacia el protestantismo de la neo-masonería especulativa
como una de las causas de las condenas papales a la Masonería “in toto” menguando el análisis,
poniendo a todos en una misma bolsa y cometiendo un grave error estratégico semejante
al que, siglo atrás, había cometido la Iglesia , en China con respecto al uso del idioma
chino en la misa.
La
“Historia Oficial” de esta neo-masonería afirma que la formación de la
Gran Logia de Londres, con la reunión de
cuatro Logias pre-existentes, evitó la desaparición lisa y llana de la Masonería occidental. Esta
idea se ve totalmente desmentida por la gran rebelión de Masones Operativos antiguos liderados por
el ilustre masón irlandés Laurence Dermott en 1752 y que, por más de 70 años,
enfrentó a los despreciados masones “moderns”
… Recién
en 1813, bajo presión de la
Corona , se pudieron unir las dos Grandes Logias de los “Ancients” y “Moderns” con el triunfo mayoritario de las posturas de los “Antients”, principalmente por el
reconocimiento del Grado del Arco Real (mal que les pese a los británicos, el
Arco Real siempre fue un Grado y no un “complemente de la Maestría” …) que era
rechazado por Anderson. Esta unión de las dos Grandes Logias detuvo un
poco el proceso de decadencia pero el mal ya estaba hecho: muchos elementos rituales, simbólicos e
iniciáticos se perdieron irremediablemente
para la Masonería Especulativa moderna …
2) La
“Vía Sustituida” y la segunda
irregularidad:
El espíritu conservador inglés y el
pragmatismo anglo-sajón estabilizaron este proceso de decadencia e impidieron
que siga avanzando en su camino desviado y subversivo. Pero una cosa muy
distinta ocurrió en la otra orilla del Canal de la Mancha. En efecto, durante la tormenta
revolucionaria que azotó Francia a partir de 1789 la Masonería Especulativa
gala, mal que les pese a las erróneas interpretaciones profanas, sufrió un
largo proceso de persecución y muchos masones murieron en la guillotina debido,
principalmente, a que las Logias estaban formadas por aristócratas y grandes
burgueses en ascenso.
No poca culpa de esta
persecución la tuvieron dos clérigos ignorantes o de mala fe como el abate
Barruel en su libro “Memoria para servir
a la historia del Jacobinismo” y el
abate Lefranc con su libro “El velo
levantado para los curiosos o el secreto de la Revolución de Francia” en
los cuales, aparte de una interpretación distorsionada y antojadiza del
simbolismo masónico, se acuñaba la teoría del origen masónico de la Revolución
Francesa a partir de la confusión de la
Masonería Especulativa con los llamados “Clubs
de la Pensée” revolucionarios y con la Orden (protocomunista) de los Iluminados de
Baviera, fundada por Adan Weishaupt, un católico subversivo (que también los
hay y muchos …) y profesor de la universidad jesuítica de Ingolstadt.
Así las cosas, la
desviación masónica que se detuvo en Gran Bretaña, gracias al espíritu
conservador isleño, avanzó a pasos acelerados en el continente europeo
(Francia, Italia, Bélgica, España, Portugal, etc.) constituyendo una corriente
que primeramente se denomino “Masonería Latina” y ahora se designa con el nombre de “Masonería Liberal,
Laicista y Adogmática”. Esta corriente masónica está liderada por el Gran
Oriente de Francia que promueve una línea de Trabajos masónicos inclinada a impulsar
ideas y practicas filosóficas, ideológicas, políticas y sociales de cuño laicista,
librepensadora, liberal, etc… y su verdadero origen debe rastrearse hasta la
reorganización de la Masonería Especulativa francesa al principio del siglo XIX
luego del Terror jacobino y teniendo su profundización a partir de la Comuna de Paris y las revoluciones
de 1848.
Durante dicho
período de reorganización de la Masonería Especulativa francesa, se consolidó,
entre muchos masones galos, una interpretación oportunista acerca de los
orígenes de la Revolución Francesa coincidente con las tesis de los dos abates
mencionados, olvidando las persecuciones sufridas por los Hermanos bajo el
Terror. De este modo, la Masonería francesa se hizo cargo de la autoría de la
Revolución, sin haber participado en
ella, salvo como víctima … La pura verdad es que, durante el período
pre-revolucionario, la totalidad de las Logias francesas tenían como
principales objetos de estudio y trabajos a la Alquimia, el Hermetismo
cristiano, la búsqueda iniciática de la Luz Tabórica, la Teurgia y otros temas
semejantes. Esto es lo que prueban los documentos auténticos que han llegado
hasta hoy, a pesar de la “Historia Oficial” que supone que el pensamiento
masónico galo estaba imbuido por el “filosofismo” positivista de moda en el
siglo XIX pero que, realmente, casi no existía en las Logias del siglo XVIII.
Solamente una, sí, solamente una Logia, en la
Francia pre-revolucionaria, tenía una orientación racionalista, positivista,
cientificista, laicista, etc.. Ella era la Logia “Les Neuf Soeurs” que,
efectivamente, agrupaba en su seno a varios popes del positivismo y el
iluminismo racionalista tales como Helvetius, Lalande, Franklin, Lacepede,
Montgolfier, el abad de Lille, Vernet y otros.
Llevando al
extremo las consecuencias lógicas de los postulados de esta corriente alteran,
simplifican y expurgan los Rituales originales y antiguos, especialmente los de
los Altos Grados (pues ya los de los Grados Azules fueron suficientemente
maltratados) de todos los elementos originales que se refieran al Cristianismo,
a la trascendencia del alma humana, a la religión, a la espiritualidad, al
simbolismo hermético, a la Alquimia, etc. etc. que hagan referencia a la
tradición antigua so pretexto de una “libertad
absoluta de conciencia” que no es sino una falacia y una contradicción lógica
en el desarrollo del pensamiento racional: recuerda a las antiguas asambleas de
los anarquistas que nunca podían tomar una decisión pues eso implicaba reconocer
la existencia de una autoridad superior lo cual contradecía los postulados ácratas
…
Este proceso de
desviación, que oportunamente fuera calificado de “Vía Sustituida” por el Gran
Comendador Grado 33 francés Charles Riandey, mereció una puntualización por
parte de la Gran Logia
Unida de Inglaterra acerca de las condiciones que debe reunir una Obediencia
Masónica para ser reconocida por Londres. Este es la cuestión de la famosa y
conflictiva “regularidad masónica” que divide aguas a diestra y siniestra y que
pocos comprenden en profundidad aunque todos se consideran a sí mismos como
“regulares” sin dejar de acusar a los demás con el mote de “irregulares”. Pero,
como en el caso de las viejas comadres, se gritaron “Piojosa!” y todas tenían razón …
Se hace necesario
un poco de luz sobre este tema. Básicamente, las principales condiciones para
ser considerado “regular” (tanto una Obediencia Masónica como un simple masón
individual) son las siguientes:
a) creencia en Dios;
b) en Su Voluntad revelada;
c) en la inmortalidad del
alma;
d) la presencia de la Biblia en el Ara de la Logia ;
e) la presencia de la Escuadra y el Compás en
el Ara de la Logia ;
f) la exclusión de la
mujer de las Tenidas.
El reduccionismo
mental de muchos masones especulativos hace que consideren que el único
requisito para ser “regular” es que no haya mujeres en las Logias aunque paralela
–e hipócritamente … - se manifiestan ateos, partidarios de quitar la Biblia de las Logias, de
quitar la formula “Gran Arquitecto del Universo” de los Trabajos, de alterar y
simplificar al máximo los Rituales, etc. etc. y muchas otras alteraciones
semejantes.
Resulta tragicómico que muchos masones se
autotitulen pomposamente de “masones regulares” mientras en sus Obediencias se
debate el rol de los travestis en la Masonería Especulativa moderna (como
ocurre en el Gran Oriente de Francia), el casamiento entre Hermanos invertidos y otras cuestiones por el
estilo que solo sirven para marcar el grado de derrumbe espiritual y decadencia interna que afecta a esta
corriente masónica que, en definitiva, es irregular con respecto a los primeros
irregulares que fundaron la Masonería
Especulativa en 1717.
Pero ocurre que el lamentable estado de
decadencia e incomprensión de la Vía Iniciática en que se encuentra la Masonería
Especulativa moderna le impide escapar de la trampa que ella misma se ha
tendido: como carecen de todo sentido de
lo sagrado - a pesar de que en los Rituales figura dicho concepto (si es que ya
no lo han quitado) – consideran que deben adaptar la Orden Masónica a las leyes
profanas dictadas por lo estados y los gobiernos profanos subordinando las
necesarias cualidades humanas de un individuo para ser aceptado como Candidato
a las concepciones igualitarias que corresponden al ámbito exclusivamente
jurídico y político. Es decir: confunden los planos de aplicación o, mejor
dicho, ignoran totalmente las leyes de la Iniciación y por lo tanto solo
aprecian las leyes profanas dictadas por los estados profanos según los
vaivenes de las modas políticas y culturales externas.
3. Algunas conclusiones o no se puede quedar bien con Dios y con el
Diablo a la vez:
Así las cosas, la
Masonería Especulativa moderna, en pleno siglo XXI, sigue dividida por las mismas dos corrientes doctrinarias que operan desde el siglo XIX:
1) La anglosajona y americana, (dirigida por la
Gran Logia Unida de Inglaterra) fiel al moralismo protestante y conservadora.
2) La “latina” (dirigida por el Gran Oriente de
Francia), laicista, anticlerical y tendiendo al socialismo.
Esto no debe
sorprender demasiado pues parece ser un episodio más del enfrentamiento secular
entre ingleses y franceses. Con una excusa u otra, el orgullo francés nunca
aceptará una supremacía inglesa en ningún campo … En este caso, la excusa es
una de tipo “filosófica” sosteniendo un positivismo cientificista y
laicista, ya un tanto demodée y
superado por la erosión del tiempo que no perdona modas culturales. Se ha
llegado ha situaciones que rayan con lo ridículo – por la ignorancia que
trasuntan – como, por ejemplo, en el tan maltratado Rito Escocés Antiguo y
Aceptado, de creer que los Grados “Filosóficos” tienen alguna relación con
personajes tales como Hegel, Krausse, Sastre, Schopenhauer, Descartes, etc. y
otros epígonos de la filosofía profana que se enseña en las universidades sin
saber que, en realidad, se trata de Grados de “Filósofos por el Fuego” o sea
Filósofos Herméticos y Alquimistas.
En ambas corrientes,
moralista o ideológica, que afectan a la Masonería Especulativa moderna se
advierte que, por razones diferentes, la principal cuestión es borrar todo
rastro de Cristianismo de los Rituales masónicos antiguos y originales. Todo
esto se realizó y se realiza en detrimento de un riquísimo caudal de doctrinas
y símbolos cristianos que - quiérase o no – constituyen los cimientos de la
civilización occidental.
En el primer caso, para evitar conflictos
religiosos, dentro de las Logias, entre distintas confesiones cristianas, se apeló a la virtud extra-masónica de la
“Tolerancia” propuesta por Guillermo I de Orange para zanjar
enfrentamientos entre iglesias. Además,
institucionalmente, este conflicto fue
subsanado parcialmente al estilo del pragmatismo anglo-sajón: al margen de la
expurgada Gran Logia Unida Inglaterra se fundaron otros cuerpos masónicos que
trataron de conservar íntegro el legado tradicional de la Masonería Antigua.
En el segundo caso, por cuestiones ideológicas
y modas culturales, que a lo sumo no duran más que uno o dos o siglos, el
Cristianismo es un testigo molesto que debe ser borrado de las Logias para no
recordar los orígenes auténticos y verdaderos de la Masonería Operativa
antigua. El mentado laicismo en las Logias comienza con la des-cristianización
de los Rituales antiguos pero terminará con todo sentido de lo sagrado, tanto religioso como
iniciático, bajo la noción de la “estricta libertad de conciencia”. Pero, en
definitiva, si la fórmula del Gran Arquitecto del Universo resulta opresora
para la “libertad de conciencia” para algunos, puede que, en el futuro,
sostener que el Compás simboliza el Cielo y la Escuadra representa a la Tierra
sea también un “dogma” irritante para la
absoluta libertad de pensamiento … Libertad de pensamiento o anarquía del
pensamiento? … That is the question …
Para este humanismo de cabotaje, toda
referencia superior al hombre trascendente resulta incomprensible e inútil y es
suplantado por la creencia de que se tiene una misión “social” y política a
cumplir ignorando que ya existen grupos sociales más aptos y especializados en
esos temas llamado partidos políticos.
En fin, presas de sus propias contradicciones, muchos masones y muchas
Obediencias Masónicas, no atinan a
definir sus destinos: desean ostentar el título de “regular” pero - lindando
con la hipocresía - íntimamente no creen ni respetan las condiciones de regularidad
establecidas por la sucesora de la primera Gran Logia de Londres.
El Hno:. Guardatemplo
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