martes, 19 de agosto de 2014

ESCALA FILOSOFAL - PARTE DOS






LOS ORIGENES DE LA FRANCMASONERIA

El examen de los Rituales del antiguo Compañonazgo operativo (talladores de piedra, carpinteros, fundidores, etc.) nos demuestra que sus ceremonias y su simbolismo eran muy diferentes a los de la Francmasonería clásica, la que, sin duda alguna, derivó de ese mismo Compañonazgo.
La razón es muy simple.
En 1507, Henri Cornelius Agrippa, caballero de la Milicia de Oro, médico del Emperador Carlos V, autor de la célebre obra "De Occulta Philosophia", constituyó, siguiendo los consejos de su maestro y amigo, Jehan Trithéme, abate de Spanheim y de Wurtzbourg, una organización que agrupaba a los hermetistas europeos y designada con el nombre de "Asociación de la Comunidad de los Magos". Los miembros poseían palabras y signos de reconocimiento.
En  1536,  Paracelso  (Philippe-Auréole-Théophrastre  Bombasí  de Hohenheim,   llamado   Paracelso)   publicó   su   célebre   libro "Prognostication", en el cual revela, por primera vez, el símbolo de  la  rosa y nos habla  de Elías Artista.  (Cf.  R.Ambelain: "Templiers et Rose-Croix", Adyar éditeurs, Paris 1955).
En  1570,  en  Alemania,  aparece  una  asociación,  probablemente derivada de la precedente y denominada, según nos refiere Michael Maier, "Hermanos de la Rosa-Cruz de Oro, Cuatro años más tarde, en 1574, el conde de Faikenstein, arzobispo de Treves es citado como uno de los jefes de los Rosa-Cruces.  El prestigioso vocablo comienza a difundirse y empieza a inquietar a la Iglesia.
En 1586, en Lunéville, ciudad entonces situada en la Alta Lorena, y dependiendo, como feudo, de la casa de Vaudémont, tuvo lugar la primera asamblea capitular de la "Militia Crucifera Evangélica". Se trata allí de la construcción de un Templo Místico, de la Rosa y de la  Cruz,  de  la  Reintegración  del  Hombre  Cósmico,  de  la Reintegración del Universo. En Londres se produce el apogeo del movimiento rosacruciano inglés, que es estimulado y protegido por Jaime VI de Escocia (aún no se trata de Jaime I de Inglaterra); es la época de las reuniones Rosacruclanas en la taberna llamada "La Sirena".  (Cf.  R. Ambelain: “Templiers  et  Rose-Croix",  Adyar éditeurs, Paris 1955).
En 1593, el mismo Jaime VI de Escocia constituyó la "Rosa-Cruz Real" con 32 Caballeros (en recuerdo de las XXXII Vías de la Sabiduría, de la Quábalah) de la Orden del Cardo de San Andrésderivada primitivamente de las Comandancias Templarias de este Estado;  esto sucedía en 1314, en la víspera de la batalla de. Banneckburn.
En 1598,  en Nuremberg,  Simón Stubion constituyó  la  "Milicia 20 Crucífera Evangélica", la que se fusionó rápidamente con los Rosa-Cruces.
En 1603,  Jaime VI  de Escocia,  que  llegó a ser Jaime  I de Inglaterra,  dejó  la Gran Maestría de  los masones operativos escoceses y llegó a ser el Gran Maestro de los masones operativos ingleses. Como Gran Maestro de los masones operativos del reino de Escocia le sucedió Lord William Sinclair.
En 1609, Maurice de Hesse-Cassel (el protector y amigo de Tycho de Brahé y de los hermetistas europeos en general), constituyó el famoso "Capítulo Rosacruciano" de Cassel.
Al año siguiente, en 1610, en Londres, nació la "Rosae Crucis" la que fundará un poco después "el Colegio Invisible" y este último pronto da nacimiento a la "Roval Society",
En 1611,  en Londres,  nace  la "Aurea Crucis",  salida de  los "Hermanos de la Cruz de Oro", asociación rosacruciana alemana.
En Ratisbona, en 1614, se produce la primera manifestación oficial de los Rosa-Cruces, por medio de la "Fama Fraternitatis" y la "Confession Fratrum Rosae-Crucis".
En 1615, Maurice de Hesse-Cassel, modificó la constitución del "Capítulo Rosacruciano" de esta ciudad. Príncipes e iniciados lo visitan con frecuencia: el príncipe Fréderic-Henri, stadhouder de los Países Bajos, el landgrave Louis de Hesse-Darmstadt, el marqués de Brandeburgo, el Elector Federico III, el príncipe Cristian de Anhait,  Valentín  Andrea  (el  autor  de  las  célebres  "Bodas Químicas"), Michel Maier (médico del emperador Rodolfo II, el mismo hermetista y alquimista, en Praga), Rafael Eglinus (cuyo verdadero nombre era Goétz, autor, entre otras obras, de la "Disq-uisitio de Helia Artista" y de "Assertio Fraternitatis R.C. quam Rosae-Crucis vocant"), Antonio Thys, Jungmann, etc.
Al año siguiente, Michel Maier toma contacto en Londres con Roberto Fludd y sir Francis Bacon, quienes representan a los rosacruces ingleses (1616).
En 1622, en La Haya, se realiza una asamblea de Rosa-Cruces en el palacio del príncipe Fréderic-Henri,  stadhouder de los Países Bajos.
En 1644 murió J. B. Van Helmont, artesano de la unión entre los Rosa-Cruces   naturalistas   (hermetistas   puros,   de   tendencias racionalistas) y los Rosa-Cruces místicos (de tendencias teúrgicas, quabalistas cristianos en su mayoría).
Y en 1644, el célebre Elias Ashmole (autor de varias obras sobre la Rose-Croix), es recibido en el seno de la "Rosae Crucis" por William Backhouse.
En Londres siempre y en 1645, Boyie, Locke y sir Wren constituyen el "Colegio Invisible", salido de la "Rosae Crucis", como se ha expresado anteriormente.
En 1646 (y no en 1644, como escribimos por error en nuestra obra "Templiers et Rose-Croix"), Elías Ashmole es recibido por los Masones Operativos (Compañonazgo inglés) como "Masón Aceptado". No fue el primer intelectual admitido en el seno de la Francmasonería operativa ya que otros le precedieron. En efecto, Ashmole nos dice en su "Diario", en la página 603:  “1646, 16 de octubre, 4 horas 30 minutos después del mediodía. Fui hecho Francmasón en Warrington, en el Lancashire, con el coronel Henry Mainwring, de Karticham (condado de Chester). Quienes se encontraban entonces en la Logia eran: M. Richard Penkett Warden, M. James Collier, M. Richard Stankey, Henry Littier, John Ellam y Hugh Brewer."
¿Existía en aquella época ya otro núcleo de Masones Operativos en que hubieran sido recibidos anteriormente otros de estos Masones Aceptados? No lo sabemos aunque ello es posible. Elías Ashmole, en efecto, tiene el cuidado de distinguir la categoría social de aquellos que cita como sus predecesores en esta Logia. La "M" que precede a los tres primeros nombres es significativa de una forma particular de la cortesía inglesa: "monsieur", que Elías Ashmole no emplea al citar a los tres últimos Masones Aceptados. Estos eran sin duda plebeyos. De aquí que no tenga nada de asombroso a que haya dejado en el silencio a los verdaderos Masones de la Logia primitiva.
Sea como fuere, es aproximadamente por esta época que es necesario situar la penetración insidiosa y silenciosa de las Logias de la Francmasonería Operativa inglesa por los rosacruces.
Discretamente, se van a constituir Logia Masónicas exclusivamente especulativas en rededor de los Estuardos. Principalmente entre los oficiales  y  gentilhombres  de  la  casa  real.  Esta  Masonería Especulativa, la más antigua, fue, como documentos incontestables lo prueban, de obediencia religiosa católica. El juramento señala, efectivamente,  la fidelidad del recipiendario hacia Dios "y la Santa Iglesia".
Fue el 24 de junio de 1717, fiesta de San Juan de Estío, que cuatro Logias de Masones Aceptados (excluyentes de todo miembro Operativo) se reunieron en Londres para constituir la Gran Logia de Londres, la cual se transformó más tarde en la Gran Logia de Inglaterra. Esta Masonería fue de obediencia protestante y, en oposición de la que le precedió, ya no será estuardista sino orangista. (Debemos señalar  aquí  que  la  "regularidad"  masónica,  tan  cara  a  la Francmasonería anglosajona, se cortó como efecto del cisma. No hay duda que la Gran Logia de Inglaterra, orangista y protestante, constituyó un cisma de la precedente, estuardista y católica... La nueva Francmasonería cismática quemó los archivos v los Rituales de aquella. Su pseudo "regularidad" no es más que una humorada...)
Los Rituales fueron modificados, se repudió a todos los altos grados de características caballerescas. Sin embargo, el simbolismo iniciático fue cuidadosamente respetado en su conjunto.

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Se comprenderá fácilmente que si,  después de dos siglos,  los hermetistas, alquimistas, quabalistas, gnósticos, adeptos de la Magia, de la Teurgia, de la Astrología, se reunieron en el seno de    las    grandes   organizaciones    rosacrucianas    citadas anteriormente, y luego penetraron y se ampararon, pacientemente, en una organización tan antigua como la Masonería Operativa, es porque tienen que haber tenido sus razones para ello.
Lo que quisieron fue "unir la escuadra y el compás", aquella representa a la Tierra y este el Cielo. Los Rosa-Cruces tienen una  filiación  espiritual: la  filiación  apostólica,  que  les proviene a través de los obispos secretamente adscritos a sus ideas, desde el siglo sexto.
A través de estos obispos (secretamente heréticos con respecto a Roma), nuestros Rosa-Cruces se remontan hasta los Apóstoles, por medio de  filiaciones que tanto  la  Iglesia Católica  como  la Iglesia  Ortodoxa  cuidadosamente  reconocen  como  oficiales.  Y mediante los Apóstoles,  estos "poderes"  se remontan hasta el mismo Cristo,  el  cual se dice  "pontífice según la orden de Melchissedec", uniendo de esta manera la iniciación que parte desde Abraham (ofrenda del pan y del vino. Génesis: XIV-18) con la de los sacrificios sangrientos de la Antigua Alianza. Todo esto  es muy  importante  a los ojos  de nuestros Rosa+Cruces completamente penetrados por el misticismo bíblico. Y a Abraham lo sitúan,  tanto historiadores como exegetas,  a nivel con la décimo segunda dinastía Egipcia, en pleno Imperio Medio, poco después de la época herakieopolitana. Todo esto nos remonta en alrededor de diecinueve siglos antes de nuestra era, en otras palabras, se remonta a cerca de cuatro mil años...
Pero,  esta filiación espiritual,  por antigua que sea, no les satisfizo.  Si  tienen  ideales  muy  ambiciosos: regeneración espiritual del Hombre, de la Creación por entero, restitución de la Materia Universal al estado sutil inicial, etc., también se plantearon un problema político muy claro.
Y este programa,  que no disimularon,  fue:  la destrucción del poder  temporal  de  Roma,  la  destrucción  de  las  monarquías hereditarias y absolutas, con la finalidad de construir un vasto estado universal,  el retorno al cristianismo despojado de su imaginería exotérica y liberado de los sórdidos intereses de las oligarquías, tanto religiosas como dinásticas o financieras de la época.
Para la realización de este plan gigantesco contaron con el apoyo de algunos soberanos inteligentes, o a quienes les interesaban algunos aspectos de su programa. Enrique IV y su "gran proyecto", que le inspirara el Rosa-Cruz Irénée Philaléthe, Jaime VI de Escocia, relacionado con Guillermo IV el Sabio, landgrave de Hesse-Cassel, como asimismo Tycho de Brahé y numerosos pequeños príncipes alemanes.
Pero la reacción se produjo muy pronto como el rayo. Ravaillac asesinó a Enrique IV y los historiadores modernos terminaron por encontrar en este asesinato la responsabilidad de la Liga del Bien Público, de la Sociedad de Jesús y de la Reina de Francia: María de Mediéis.
Pero no será solamente a los poderes temporales a los que los Rosa+Cruces les pidieron ayuda para la realización de su gigantesco plan, que se desarrolla a través de muchos siglos. No olvidemos que recurrieron a todo el conjunto de las ciencias llamadas ocultasalquimia, astrología, magia, etc.
Y  si  a través  de  los  "poderes"  misteriosos de  la  sucesión apostólica se unen al Cielo, les era necesario poseer los de la Tierra... Y nuestros Rosa+Cruces dirigieron la mirada, entonces, a lo que subsistía de las antiguas iniciaciones de características "terrestres"; fue lo que fueron a pedirle a la Masonería Operativa. Y  solamente  cuando  entraron  en  posesión  de  esta  filiación iniciática lograron "unir la escuadra v el compás".
En realidad, la Masonería Operativa de su época era cristiana y tenía por patrono a San Juan mismo.
Sería, sin embargo, bien vano suponer que su tronco iniciático lo fue. Mucho antes la tradición masónica había sido transmitida por los Colleqia greco-romanos, sin reposar, en consecuencia, sobre otra cosa que el mito de los Cabires o el de Hércules y sus "trabajos". Y, antes de estos Collegia, los depositarios de la tradición  masónica  constituyeron  las  célebres  y  antiguas corporaciones fenicias de constructores, entonces colocadas bajo el patronazgo  de  Kousor,  el  Efaistos  de  Filón  de  Biblos.  Muy probablemente fueron ellos quienes transmitieron la Iniciación a las corporaciones judaicas. Encontramos un eco de la presencia de estos últimos en la célebre visión de Exequiel (Capítulos XL a XLIV), donde se contempla al Arquitecto celeste, portando la caña de medir y la cuerda de lino, para tomar todas las medidas para la construcción de la Jerusalén de lo Alto. Es, desde luego, probable que el patrono de estas corporaciones judaicas no sea otro que el Metatrón de la Kábala, el "Mediador" del cual habla San Pablo, Sar-ha-Olam (el Príncipe del Mundo), también llamado El Acher (el Otro Dios).
Y todas estas organizaciones tan diversas: talladores de piedra, carpinteros, fundidores sobre todo, salieron primitivamente de las Comunidades que ya se encuentran constituidas en Madián quince siglos antes de nuestra era. En efecto,  los fundidores y los menores medianitas se agruparon alrededor del Sinaí, con las otras tribus de Madián que llegaron desde otros lugares. En las laderas del Monte, fundidores y artesanos del cobre, tejedores, talladores de piedra y los mineros que extraían las turquesas y el cobre de las minas, trabajaban. Y, siempre en las laderas del monte, en la cima del cual Moisés, unificador de Israel y su libertador evocará a Metatrón, ya en esta época, existe un Templo y este Templo está consagrado a Hator.
En efecto, de aquí en adelante, una misma negativa misteriosa del mundo profano y una tradición esotérica común,  sitúan a los fundidores y mineros aparte del pueblo ordinario, fuera del mundo profano en consecuencia. En esta época, por lo tanto, (vale decir alrededor de cuatro mil quinientos años atrás), no podemos hablar todavía de San Juan, ni de Heracles, ni de los Cabires, ni de Kousor, ni Melkart, ni siquiera de Hiram o de Salomón; quien era el alma y cubría con su sombra el secreto de estas tradiciones, era Hator , la diosa "de los ojos color turquesa" , la "Dama de la Tarde", la "Dama de Occidente", la de la diadema de los cuernos de antílope o de la vaca, la diosa de la guerra y del rigor (como Istar). Se la consideraba la madre de Horus (a semejanza de la Virgen María, la madre del Verbo), era ella "la diosa lejana" y también "la diosa gata". Portadora de la máscara del león, era la "guerrera", sentada sobre un león, prefiguraba a Cibeles, la Madre-Tierra. Era, asimismo, tanto la Natura naturata como la naturanda.
Al amor de la diosa por los seres humanos le responde el amor de sus fieles. Se le dio las denominaciones más dulces. Es "la diosa"la  "dama",  "la  madre  misericordiosa",  "la  que  escucha  las oraciones", "quien intercede ante los dioses irritados", "la que les apacigua", es ella la autora "del Universo y de la Humanidad". Un profundo sentimiento de ternura anima los himnos y las oraciones que se le dirigen. Los devotos de Isis no encontraron palabras más emotivas. Se la exalta por encima de todo, llega a ser "la Diosa de las diosas", la "Reina de todos los dioses", la "Soberana del Cielo y de la Tierra". Quienes hayan seguido la discusión conciliar del Vaticano II acerca de la Virgen María, "Reina de los Ángeles""Mediadora", "Redentora", podrán percatarse aquí del arquetipo de la "Madre Eterna", guardiana de los muertos y restitutriz de los vivientes,  que  el  inconsciente  fetal  del  hombre  tradujo ulteriormente por la Diosa-Madre, la madre de los Iniciados, que les extrae de la Caverna (el útero), a través de las Aguas Sagradas (el líquido amniótico), guiándoles hacia la Luz esperada (es decir, la vida).
Es, probablemente, el recuerdo, inconsciente pero tenaz, de esta avatar de la gran Isis egipcia, la prototipo de las "Madres" de las Galias y de las Vírgenes Negras que la sucedieron, que ha hecho que inconscientemente el "azul" sea el término por el cual se designa por lo general a los tres grados de la Masonería simbólica, sobre todo si se considera que el azul es, tradicionalmente, el azul turquesa, o el azul cielo (y no el azul  marino de la masonería moderna anglosajona). Es aún en virtud de una reminiscencia, a la cual la Masonería simbólica no podría substraerse, que la Estrella Pentaqramática, llamada también "flamígera", la cual evoca también a Istar asirla como a la Astarté fenicia (dos palabras cuya raíz común significa estrella), alumbra desde el Occidente del Templo durante el quinto y último "viaje" del Compañero, como asimismo, para guiar la marcha, retrocediendo, del candidato a la Maestría... De esta manera, en el Occidente del Templo, es, inmutablemente subrayado, su rol de "Estrella Vespertina", otro nombre de la "Dama de la Tarde" , de la "Dama de Occidente" y de la "Dama de las Turquesas", Conductora de los Iniciados. La misma China antigua conoció a Si-Wancí-MoQ, la "Dama Reina de Occidente", que reina en un país fabuloso, sobre la simbólica Montaña de Jade...
¿En consecuencia, si se me perdona la pregunta, por qué querer esconder con un ambiente religioso,  particular y absoluto,  un esoterismo  que,   en  realidad,  constituye  un  universalismo iniciático? De la misma manera que no podríamos decir que exista una geometría protestante, una gramática católica, una matemática judía, una física islámica, el esoterismo masónico no podría ser aprisionado en una creencia particular y codificada.
Es, desde luego, bastante extraño constatar que, a través de tantos siglos,  humildes  artesanos,  pertenecientes  a  religiones  tan diversas, hayan sabido conservar intuitivamente, no la noción de un dios creador,  común a todos los pueblos,  sino aquellas,  tan especial ,  de  un  dios  constructor,  ordenador  de  un  Caos preexistente,  lo  cual  es  muy  diferente  al  otro  conceptoEfectivamente, un dios creador siempre crea ex-nihilo, es decir, de la nada, en cambio el dios constructor u ordenador utiliza una materia prima ya existente.
Esta teoría conduce a la siguiente. De la misma manera que el alma construye su morada de carne en el transcurso de una gestación de nueve meses, y (es probable) que transmigre de  forma en forma, podemos imaginarnos que el Espíritu Universal, ordenador de su propia morada, este Universo, transmigra igualmente de creación en creación, y de universo en universo...
En resumen, los artesanos de todas las razas y épocas, afiliados a las confraternidades esotéricas, pensaron en un Demiurgo, dios secundario al servicio del Dios Supremo (tal vez desconocido para el Hombre), proclamaron, en su sentido metafísico, que la Materia era eterna y coexistente con su Ordenador. Esto implicó (mucho antes que Orígenes) la creencia en una Creación eterna como su Ordenador (vale decir su Creador), en la cual los Universos suceden a los Universos,  con la  sola diferencia que  la Creación es impermanente mientras que el Creador es permanente y ella no sería de tal manera sino el Inconsciente. Es necesario agregar que la Eva bíblica, un desdoblamiento de Adám guardián del Edén, significa en hebreo "ensueño, sueño". (Referirse al "Sacramentarlo de los Rosa-Cruz", páginas 20 al 28).
De aquí que seamos conducidos a considerar, detrás de la encada de las  Herramientas,  emblemáticas  de  la  Francmasonería,  a  los Arquetipos, es decir, a los símbolos de las entidades metafísicas secundarias, que son los demiurgos. Y todo esto nos lleva, sin darnos cuenta, a pensar en los nueve Sefirotes de la Kábala, que emanan de Kether, el "Umbral de la Eternidad"; de la misma manera nos lleva a pensar en los nueve Coros Angélicos, más o menos densificados de acuerdo con su grado de alejamiento del Creador, como asimismo en los nueve Eones de la Gnose, etc.
El aspecto inferior de los demiurgos en relación con el Demiurgo, el Ordenador Supremo, se perpetuó en el idioma artesanal con el término peyorativo de "herramienta", que los buenos obreros aplican a los Aprendices y a los Compañeros técnicamente "ineptos"... o "insuficientes"...
Sea como fuere, ahora podemos comprender por qué, poseyendo la filiación apostólica y melquisedequita, los Rosa+Cruz quisieron poseer  también  la  filiación  de  la  Masonería  Operativa. Comprendieron  intuitivamente  que  toda  Iniciación,  para  ser realmente potencial y virtual, debía tener una doble polaridad. Es esto muy precisamente uno de los aspectos iniciáticos de las dos Columnas Jakin y Boaz, ubicadas primitivamente a la entrada del Templo de Salomón, en Jerusalén, tradición que nuestros Templos han conservado cuidadosamente.
Pero,  es evidente que tales concepciones,  tan heterodoxas  e inquietantes con respecto a la disciplina católica y protestante, terminaron por filtrarse más allá de los centros estrictamente rosacrucianos. El número jamás aportó la calidad. Y poco a poco, en la medida en que la Francmasonería Operativa fue penetrada por la Rosa+Cruz se fue transformando en Francmasonería Especulativa, y esta última fue penetrada por elementos diversos,  extraños u hostiles al vasto plan rosacruciano.
Nobles soberbios u orgullosos de la nobleza, que venían a la Masonería con el propósito de obtener títulos y nuevas charreteras, burgueses ambiciosos, deseosos de rozarse con los gentil hombres y de que estos últimos les llamaran "mi hermano", todas estas gentes no se prestaban a figurar como conspiradores y "magos". Incapaces de elevarse hasta  la comprensión de  los altos conocimientos esotéricos, provenientes del fondo de los siglos, sin poder captar las aplicaciones prácticas de una verdadera física trascendentalque se les entregaba en los altos grados de los Cenáculos más cerrados, les llevaban a darse cuenta que la cólera real, la ira de Roma y, para terminar, la pérdida de su alma, se cernían sobre sus cabezas.
Y la reacción tenía que producirse y se produjo, violenta, intolerante, antifraternal, violando los juramentos de fraternidad y de fidelidad. Fue el Rito Templario, que olvidó sus orígenes y sus fines, que dio la señal del comienzo de la reacción.
En 1763, en el Convento de Altenberg, cerca de Jena, el Régimen conocido como Rectificación de Dresde, fue sometido a una reforma severa.  Todos  los  Masones  sospechosos  de  ser  Kabalistas, hermetistas, alquimistas, teurgos, etc., fueron separados de la Orden. Esto se produjo por el impulso de nobles alemanes segundones e ignorantes, que habían terminado por tomar en sus manos la organización templarla renovada; algunos de estos eran caballeros teutónicos, Orden que, entonces, era estrictamente católica.
Estas expulsiones escandalosas fueron precedidas de otra aunque más discreta. En el Convento de Kholo, en 1742, tuvo lugar una serie de expulsiones por los mismos motivos.
Esta hostilidad de la Masonería aristocrática alemana, con respecto a las altas ciencias esotéricas,  pronto suscitó una reacción involuntaria.  En Rusia,  desde  1741 ,  vemos  como  la Estricta Observancia Templarla sirvió de antecámara a la Rosa+Cruz (Hasta el siglo XIX, en Rusia, el Martinismo, la Masonería Templaría y a Rosa+Cruz, constituían la jerarquía clásica en el camino iniciático tradicional, dividido en tres etapas principales). En Francia, aparecieron, rápidamente. Obediencias con un carácter iniciático muy marcado: los Elus-Coens de Martínez de Pasqually; los "Rosa Cruces del Gran Rosario" del Rito Primitivo, fundado por el marqués de Chefdebien, cuya fuente de origen estaba en los Rosa+Cruces de Praga y que sirvió de Obediencia de base al Rito Primitivo de Memphis-Misraim;  los  Philaléthes  de  Savalette  de  Lange;  los "Iluminados de Avignon" de dom Pernety, etc., todas Obediencias altamente esotéricas, y que reposan, ahora, en el seno de este Rito de Memphis-Misraim.
Pero, a medida que las Obediencias se desarrollaban, en Europa, la Francmasonería   Especulativa,   iba   diluyendo   los   secretos iniciáticos, perdían su precisión, las enseñanzas eran deformadas, se desnaturalizaban, se olvidaban. A su turno la Rosa+Cruz  fue anegada por el torrente vitalizador.
No es nada dudoso, sin embargo, que sus miembros hayan considerado a la Masonería como una ciencia real, verdadero compendio de los conocimientos ocultistas, y principalmente de la alquimia, tanto material  como  espiritual;  válganos  de prueba  los  siguientes extractos:
"Los antiguos hacían un acto de religión de la Medicina Universal, y la ocultaban bajo misterios sagrados.  He aquí la verdadera masonería..." (Citado de la obra "La Diadema de los Sabios", por Phylantropos, ciudadano del mundo (sic), página 148, Paris, 1781)
“…ese vil decorado exterior es necesario para muchos hombres que, pronto les conduce a todo lo que es superficialmente extraño a la verdadera Masonería. Si la Verdadera Masonería hubiere subsistido, los Hermanos habrían hablado muy fuerte, y el misterio no habría subsistido en la Obra…” (Citado de “Le Denier du Pauvre”, por Eteilla, página 55, Paris, 1785).
“El tiempo que toma esta grande e importante operación es de aproximadamente dos años comunes. Y cuando termina el aprendizaje de nuestra masonería, porque solo esta es la verdadera, finalizado este aprendizaje, le sigue el compañerazgo, cuyas pruebas son mucho menos largas y rudas…” (Citado de la obra “Recreaciones Herméticas”, manuscrito atribuido a Jean Vauquelin des Yveteaux, 1651–1716. El texto completo de las “Recréations Hermetiques” se encuentra en la hermosa obra de Bernard Husson:  “ Deux Traités Alchimiques de XIXme siécle: “Tours de Philosophie Hermetique” de Cambriel y  “Hermés Dévoilé” por Cycliani, Colección Omnium Littéraire, Paris, 1964. Las “Recreations Hermétiques” figuran allí como una adición, al final. Las dos primeras, obras que son incontrables a nuestra juventud y Jules Boucher, como su maestro Fulcanelli, las tenía en alta estima).
En Verdad, es mucho antes de la penetración de los Rosa+Cruces en la Masonería que estos ya habían utilizado ciertos símbolos masónicos, como el Compás y la Escuadra.
En el “Tripus auréus, hoc est Tres Tractatus chymici selectissimi” publicado en Francfort, en 1618, el autor, el monje Basilio Valentin, representado sobre la página del título, como un monje, apreta, contra su pecho, un grueso libro y con el otro brazo, hace el signo de la escuadra.
En el “Azoth Philosophorum”, libro del mismo autor, figura una lámina plena de simbolismo masónico. Se contempla en la ilustración un globo alado, inscrito con un triángulo en un cuadrado. Un dragón sobre el cual reposa una forma humana que tiene dos manos y dos cabezas, apoyándose en el globo. La figura humana se encuentra rodeada por el sol, la luna y cinco estrellas, que representan a los siete planetas. Ahora, bien, una de las cabezas es de hombre y la otra de mujer. La mano que se encuentra en el lado masculino de la estatua, tiene un Compás y, la que se encuentra al lado femenino, tiene una Escuadra.
Esta obra es anterior en cinco años a la precedente y fue editada en Francfort en 1613. Como puede observarse, ya en esta época el simbolismo tradicional era respetado: el Compás es masculino, designa al Cielo y la Escuadra es femenina, designa a la Tierra. Todo lo cual nos recuerda y es la imagen de esta doble filiación iniciática que los Rosa+Cruces trataron de asociar y reunir en una sola filiación…
Es aquí donde, en consecuencia, podemos retomar la formulación lapidaria del  recordado Gran Maestro  Chevillón: “La Ciencia Masónica es el espíritu informador de las ciencias, es la Gnose en el sentido propio del término; no se detiene en los fenómenos sino que se eleva hasta las esencias;  de los atributos v de las cualidades infiere la naturaleza propia de los seres y de las cosas. . . " (Citado de la Obra de C. Chevillón: "Le Vrai Visage de la Franc-Maconnerie", página 25, Derain édit., Lyon 1939.)
Agreguemos que no se encuentra unida a ninguna mística religión en particular, porque todas le pueden servir de vehículo: no le basta conformarse a la Moral absoluta sino que aún se expresa conforme a la Tradición Iniciática Universal, colocando simplemente ante el hombre las nueve Herramientas simbólicas de la Francmasonería de Tradición.
En consecuencia,  es  necesario que  esta  Tradición  Iniciática Universal no sea atacada sistemáticamente y anulada por  los sectarios e ignorantes que, por ser de orientaciones intelectuales o espirituales opuestas, se transforman en los destructores y adversarios de lo Espiritual.
Recordemos que para comprender a un interlocutor es absolutamente necesario  conocer  su  idioma.  Ahora  bien,  los  Rosa+Cruces substituyeron ciertos elementos del Ritual Operativo por otros nuevos, que expresaban en mejor forma su doctrina general. Se sabe que fueron ellos los creadores y codificadores del grado de Maestro, porque la Masonería Operativa no conocía sino los grados de Aprendiz  y de Compañero.  Fueron los Rosa+Cruces  los que introdujeron la leyenda de Hiram, la cual es ignorada por la Biblia pero que, sin embargo, es de origen oriental (del Medio Oriente). Se sabe que introdujeron en la Masonería Operativa un simbolismo que le era no sólo desconocido sino extranjero. Se conoce como tenía un gran lugar entre ellos la Alquimia, tanto material como espiritual. Se sabe que recurrieron a todos los conocimientos que poseían  (kábala,  mística  y práctica,  gnose,  magia,  teurgia, astrologia, geomancia, espagiria, medicina hermética, arte de los metales, etc.) para dar su batalla.
De todo esto, nos queda lo esencial, en lo más profundo de nuestros usos y de nuestros Rituales. Pero, si lo queremos comprender, si deseamos recibir su herencia, llegar hasta "el tesoro oculto", nos es necesario traducir el grimorio, nos es preciso asimilar su modo de pensar, hacer nuestras sus teorías,  aún cuando algunos de nosotros, en una segunda instancia, deban abandonarlas en seguida. Lo cierto es que debemos impregnarnos con ellas.
En ciertas corrientes masónicas,  particularmente suscitadas e inspiradas por los elementos políticos conservadores, vale decir reaccionarios, extraños a la Orden misma, la gran preocupación es anular y destruir el "gran plan" de los Rosa-Cruces. Para estas corrientes, es malsano preocuparse de los intereses de la Ciudad, de la Nación, en el seno de la Logia. De aquí que se prohíba toda alusión política. Diremos, se trata de conservar una neutralidad relativa.
En otras corrientes masónicas, a menudo las mismas, queda prohibida toda alusión a los problemas religiosos contemporáneos al igual que con respecto a la política.  Pero,  los medios religiosos, tan protegidos por estas mismas corrientes masónicas con dicha actitud, no se privan en absoluto de mezclarse en la vida masónica, sin ningún pudor ni reserva, y a veces la combaten recurriendo a diversos medios. ¿No se ha visto a profanos permitirse juzgar y censurar ciertos rituales masónicos...?
Una tercera categoría de corrientes masónicas, aunque opuestas a las precedentes, no quieren sino preocuparse de política y de antiespiritualismo, confundiendo, de esta manera, anticlericalismo con  antireligión,  llegando a  practicar el sectarismo y  la intolerancia. En estas mismas corrientes se ha tomado el hábito de mezclar en una misma reprobación a los que, apenas hace dos siglos, hubieran podido ser los inquisidores, con aquellos que, en la misma época, habrían podido ser sus víctimas.
No nos asombremos pues si la Francmasonería actual no se parece en nada a la del siglo XVIII. El estudio presente no tiene otro objeto que llevar a reflexionar a los Masones contemporáneos, colocarlos en presencia, bajo un ángulo al cual no están acostumbrados, de los Objetos simbólicos que les son, sin  embargo, familiares. Para hacerles entrever, detrás de la banalidad misma de estos Objetos, la posibilidad de acceder, mediante el manejo de un esoterismo bien codificado, a una visión del Mundo y de sí mismos a la cual no estaban habituados. Hay muchos Masones modernos, en el Mundo, que no saben "leer ni escribir", y, a menudo, apenas saben "deletrear"...



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