Trabajo
expuesto en el mes de enero de 2007
(tenidas de verano) en el encuentro de los
Ritos de
Memphis-Misraim, Rito de Memphis y
La Orden Real
de Heredom – Kilwinning, por el
Ven.·. Maestro Q.·. H.·. Dionisio E. Jara R.
S.P. R+C VII° HRDM-KLWNNG
1.- QUE SE ENTIENDE POR DOCENCIA MASONICA.
2.- LOS RITOS MASONICOS Y LA DOCENCIA MASONICA.
3.- LOS GRADOS Y LA DOCENCIA MASONICA.
CONCLUSION
BIBLIOGRAFIA
1.-
QUE SE ENTIENDE POR DOCENCIA MASONICA.
Muchos postulan que la Francmasonería es
una institución educacional sistemática que forma a sus aprendices, compañeros
y maestros con el instrumento que se denomina la “docencia masónica”. Por
tanto, hay quienes enseñan y quienes aprenden.
Nosotros, masones antiguos,
hemos a través del tiempo, oído sobre el
concepto “docencia masónica” en una
enormidad de oportunidades; sobre todo en las inauguraciones de los trabajos en
los nuevos años que comienzan. Al hacer
un resumen de las actividades anuales, algunas veces, no nos hemos sentido del
todo satisfechos con el resultado. Para ser sinceros, si bien las oficialidades
de las logias se instalan sin problemas, ello no quiere decir que están dotadas
de los “instructores” que conduzcan,
eduquen, y asistan a los propósitos finales de la masonería en la propiedad que
los ritos necesitan. Estos “instructores”,
(y no estoy hablando de los guardianes o vigilantes de la logia) son aquellos
hermanos dotados de profundos conocimientos, de persuasión, elocuencia, valor,
sentido de justicia, tolerancia y discreción que pueden estar en cualquier
lugar o grado en la orden. Es más, suele suceder, que a veces existe solo un
hermano que reúne las condiciones en toda una orden; en otras afortunadas,
existen algunos cuantos hermanos; y en algunas, por desgracia, no existe
ninguno.
Para
hablar de masonería, hay que saber de masonería y sus fines; de sus
declaraciones de principios, de sus constituciones. Hay que saber de su
historia y su implicancia en la historia de la humanidad. Su pensamiento a
través de los siglos y como ha subsistido a las incontables persecuciones que
ha sufrido por parte de la intolerancia política y religiosa. Quienes tienen la
característica de “instructores” son
quienes han descubierto el sentido propio del concepto de las iniciaciones y su
significado y del mecanismo por el cual se produce el cambio substancial del
individuo profano, tras la experiencia de los rituales de iniciación y
exaltación en un iniciado real. Son quienes guardan cuidadosamente los secretos
que les han sido confiados. Son quienes han huido de los dogmatismos y que
tampoco hacen alarde de los conocimientos que poseen. Estos hermanos son
quienes, querámoslo o no, son los que encarnan en si mismos, el sentido de la
docencia masónica.
Quienes
pueden hablar con propiedad de “docencia masónica”, son quienes también en
propiedad la enseñan. La docencia no es un simple listado de actividades y
trabajos que se desarrollaran a lo largo de un año de tenidas de instrucción.
No es el acto oficial en que los Guardianes y Vigilantes al reunirse, se ponen
de acuerdo sobre el calendario masónico. La docencia masónica es la enseñanza de
la Tradición ,
que fuera transmitida a través de la Cadena ininterrumpida de la Iniciación y
cuya Doctrina se mantiene secreta, hasta que la iniciación, exaltación o
consagración no pasen de un estado meramente virtual hasta un estado real, en
cuyo estado se descubre el verdadero sentido de los Misterios.
La docencia masónica, como escuela, tiene por misión la formación
de hombres conscientes de los ideales y principios de la orden.
Para entender la docencia
masónica es imprescindible darse cuenta del valor fundamental que tiene esta en
la formación del masón. La comprensión de la doctrina masónica no sólo proporciona a los hermanos
conocimiento, sino que los descubre ante si mismos, sobre sus capacidades para
entender los conocimientos de los diversos grados que constituyen la orden.
Ello se logra con el hábito de la lectura, con el empuje investigador y
creador, con la tenacidad en el trabajo, y con el deseo sincero y
abnegado de entregar a sus hermanos el resultado de sus propias investigaciones.
Esta docencia debe desarrollarse
a través de las Cámaras de Instrucción, en las cuales se desarrolla el Programa
oficial de estudios de la orden, que reúne a los Aprendices dirigidos por el
Segundo Guardián o Vigilante, a los Compañeros dirigidos por el Primer Guardián
o Vigilante y a los Maestros dirigidos por el Orador.
En cada Respetable Logia
simbólica debería existir una Comisión de Docencia, presidida por el Venerable
Maestro e integrada por los HH:. Guardianes o Vigilantes,
Orador, Maestro de Ceremonias, Experto y Bibliotecario, cuya función en
conjunto es la de planificar, organizar y supervisar la docencia de los tres
grados simbólicos en el caso de los grados azules.
Desde
un punto de vista técnico y académico, podríamos decir que la docencia masónica es la acción y efecto de enseñar masonería.
También lo podríamos traducir como sistema y método de dar instrucción
masónica. Como el conjunto de
conocimientos, principios, ideas, etc., que se enseñan a los iniciados en
cualquiera de sus grados. La que se imparte en los talleres de
instrucción, tenidas de logia de instrucción o en el lugar que el Venerable Maestro o Guardianes o
Vigilantes impartan instrucción doctrinal para dicho propósito. La que depende
directa y totalmente de un cuerpo superior de gobierno masónico. La que es
impartida en forma personal por un maestro de logia a un iniciado, en un lugar
que no es propiamente un taller o logia y examina en él la correcta comprensión
de la doctrina masónica. La que los hermanos mas adelantados, aun de un
mismo grado, dan a sus hermanos menos informados y preparados para entender los
conocimientos y propósitos de la masonería.
2.-
LOS RITOS MASONICOS Y LA DOCENCIA MASONICA.
Existen
ritos eclécticos, ritos intelectualistas, ritos esotérico-ocultistas, ritos
tradicionalistas, etc. Estos pueden ser masculinos, mixtos, o femeninos, según
sea la visión particular de cada una de las constituciones por las cuales se
rijan.
Si
existiera un solo rito masónico en el mundo, entonces tendríamos más que
resuelto y claro el sentido y dirección que tal rito universal le imprimiría a
sus enseñanzas; pero como esto no es así. Entonces cabe preguntarnos, ¿Qué
entienden los ritos por docencia masónica?
Como
todos sabemos, existen ritos en los cuales tienen permanente tribuna los
problemas políticos de la contingencia nacional, la filosofía clásica, el
acontecer social del país, y una que otra cosa relacionada con algún simbolismo
suelto.
Otros
ritos, buscando significados esotéricos y ocultistas a los secretos de la
masonería, ocupan sus tenidas de instrucción entre especulaciones
espiritualistas y algún sentido místico propio del iluminismo casi religioso
del movimiento francés de finales del siglo XIX (incluso algunos incluyen a ciertas
iglesias gnósticas en sus nomenclatura de grados).
Otros,
incorporan en sus sistemas de enseñanza (y de los que hemos sido testigos),
instrucciones y enseñanzas relacionadas con ciertas teosofías, yogas y
religiones de algunos santones de la india, cosa que no puede ser mas aberrante
y lejos de la ortodoxia masónica.
Otros
ritos, dirigen sus estudios y docencia buscando el significado del simbolismo
pero sin alejarse de los valores y enseñanzas de las herramientas propias de la
masonería. Enseñan que el oficio del masón se desprende del uso e
interpretación exclusiva de sus símbolos tradicionales.
De
ello se desprende lo antojadizo e improvisado que muchas veces observamos en el
panorama de la interpretación de la Doctrina masónica.
Si
bien cada Gran Maestre de una orden tiene la facultad de imprimir el sello de
su visión particular sobre el significado, usos y costumbres de la masonería,
ello no lo habilita para alejarse, en algunos casos, en forma tan desviada de
los propósitos de la masonería antigua, heredera directa de la masonería
operativa.
Está
mas que claro, que la verdadera masonería es la anterior a la masonería moderna
o especulativa. Es allí y no en otra parte, donde deben buscarse los verdaderos
postulados, principios y conocimientos que constituyen la ortodoxia y la
Tradición. Si consideramos estos puntos, entonces no debiéramos estar tan lejos
de beber de la fuente de la antigua sabiduría y de los temas tradicionales.
3.- LOS
GRADOS Y LA DOCENCIA MASONICA.
Como
todos sabemos, existe una enorme cantidad de ritos en funcionamiento en el
mundo, sin embargo hay que hacer notar que muchos de ellos no coinciden en nada
en lo que dice relación a sus nomenclaturas de grados. Hay ritos de 3 grados,
de 4 grados, de 6 grados, de 7 grados, de12 grados, de 33 grados, de 90 grados,
de 95 grados, de 97 grados, de 99 grados y de 130 grados.
Por
supuesto que no pueden enseñar lo mismo. Por esto, en lo que dice relación a
los grados, hay que fijarse en la diferencia que existe entre la masonería
moderna y especulativa, y la masonería antigua heredera de la operativa. Una
cosa es pasar por una inmensidad de grados sin saber en realidad lo que
significaba cada uno de ellos, y los sistemas o filiaciones que trabajan los
grados en forma operativa.
A
nuestro entender, esto quiere decir que los grados o dignidades deben
trabajarse uno a uno y con un tiempo prudencial para que se comprenda el
sentido simbólico, filosófico y operativo que posee cada grado.
Nada
mas perjudicial para un masón y la institución que representa como tal, el
poseer dignidades que no entiende, no saber de que se tratan, no saber sobre cuales
son los derechos y deberes de tal investidura, y lo que es peor, no saber los
motivos por los cuales fueron insertos en los grados de la masonería.
Debiéramos fijarnos en el sentido último
de tal o cual sistema o filiación masónico, porque en definitiva en eso nos
convertiremos.
Si una orden no tiene un claro
propósito, entonces no es nada. Si una orden ha olvidado los antiguos
misterios, entonces es solo un depósito vacío. Si una orden no mantiene sus
símbolos, alegorías y leyendas, entonces ya no tiene nada que entregar a
quienes recibe en forma efímera en su interior.
Con este propósito y a fin de que se
entienda lo que queremos transmitir, es que los invito a repasar, por ejemplo, el
tema de los “Misterios menores y los misterios mayores”, asunto de primera
importancia en el objetivo final de una orden. Es una cuestión de estrategia,
porque la masonería no es una institución solo para crear y formar buenas
personas, haciéndolas pasar de grado en grado, sin tener un propósito claro.
Existe una meta secreta, y ella está relacionada con este tema.
Los “misterios menores” no son más que una preparación a los
“misterios mayores”, pero son una etapa obligada de la vía iniciática. Ciertos
grados simbólicos y filosóficos constituyen el sendero por el cual se transita
por estos misterios. Los «misterios menores» comprenden todo lo que se refiere
al desarrollo de las posibilidades del estado humano considerado en su
integridad; es decir, en lo que se designa tradicionalmente como la restauración
del “estado primordial”.
En cambio, los “misterios mayores” conciernen propiamente a la
realización de los estados suprahumanos: tomando al ser en el punto donde le han
dejado los “misterios menores”, y que es el centro del dominio de la
individualidad humana, le conducen más allá de este dominio, y a través de los
estados supraindividuales. Se designa como la «Liberación final» o como la “Identidad
Suprema”. De ello podemos deducir que al estar consagrados en ciertos grados
“Crísticos” y una vez posesionado en estos, desde la mera “iniciación virtual”
en dichos grados y transitado hasta la “iniciación efectiva” es que se logra el
objeto de estos “Misterios mayores”.
Ahora bien, de esto resulta que los “misterios mayores” están en
relación directa con la “iniciación sacerdotal”, y los “misterios menores” con
la “iniciación real”.
Hay ciertas órdenes que solo se quedan en el plano de los misterios
menores, y por cierto es allí donde se producen las más grandes desviaciones de
la tradición. Por eso podemos ver organizaciones iniciáticas incompletas desde
el sentido de la formación docente. El lazo normal con los “Misterios mayores”
ha sido roto, de suerte que los “Misterios menores” han llegado a ser tomados
por un fin en sí mismos; y, en estas condiciones, ya no pueden llegar siquiera
realmente a su término, sino que se dispersan en cierto modo en un desarrollo
de posibilidades más o menos secundarias, desarrollo que, al no estar ordenado
ya en vista de un fin superior, corre el riesgo desde entonces de tomar un
carácter “inarmónico” que constituye precisamente la desviación.
Aquí es donde entra el concepto de lo que conocemos como la “contrainiciación”,
la cual se opone a la iniciación verdadera y entra en lucha con ella. Sin
embargo, el dominio de los “Misterios mayores”, que se refiere a los estados
suprahumanos y al orden puramente espiritual, está, por su naturaleza misma,
más allá de tal oposición, y, por consiguiente, enteramente cerrado a todo lo
que no es la verdadera iniciación según la ortodoxia tradicional.
De todo eso resulta que la posibilidad de extravío subsiste en tanto
que el ser no está reintegrado todavía al “estado primordial”, pero que cesa de
existir desde que ha alcanzado el centro de la individualidad humana; y es por
eso por lo que se puede decir que aquel que ha llegado a este punto, es decir,
a la terminación de los “misterios menores”, está ya virtualmente y solo
virtualmente “liberado”, aunque no pueda estarlo efectivamente más que cuando
haya recorrido la vía de los “misterios mayores” y realizado finalmente la “Identidad
Suprema”.
Afirmamos, los “misterios mayores”, constituyen propiamente la
“iniciación sacerdotal”, y los «misterios menores», constituyen propiamente la “iniciación
real”. Dicho eso, toda tradición, para ser regular y completa, debe conllevar a
la vez, en su aspecto esotérico, las dos iniciaciones, o más exactamente, las
dos partes de la iniciación, es decir, los “misterios mayores” y los “misterios
menores”, donde, por lo demás, la segunda está esencialmente subordinada a la
primera, como lo indican bastante claramente los términos mismos que los
designan respectivamente.
Actualmente, en occidente, aunque ni la iniciación real ni la
iniciación sacerdotal existen ya actualmente, se encuentran más fácilmente los
vestigios de la primera que los de la segunda; eso se debe ante todo a los
lazos que existen generalmente entre la iniciación real y las iniciaciones de oficio,
y en razón de los cuales, pueden encontrarse tales vestigios en las
organizaciones derivadas de estas iniciaciones de oficio y que subsisten todavía
hoy día en nuestro hemisferio. Por tanto, la masonería, y ninguna otra, es la
organización en occidente que transmite la Tradición.
CONCLUSION:
Después
de haber analizado muy someramente algunos asuntos relacionados con la docencia
masónica, y a manera de conclusión, es que debemos preguntarnos a este respecto
y en definitiva: ¿Cuál es el tipo de masón que queremos trabajando al interior
de nuestras ordenes?
Por
cierto, quienes están lejos de la “revolución de los aprendices”.
También
debemos preguntarnos, ¿Cómo se logra este propósito? Respondemos directamente: mediante
el proceso de la masonería antigua, aquella que es completa en sí misma, o
sea, la que posee estos tres aspectos:
1) Una filiación
ininterrumpida.
2) Una doctrina
tradicional.
3) Un método de
realización espiritual.
Así
y tan solo contestando estas dos elementales preguntas nos queda más que claro
el sentido de la docencia masónica.
Entonces
concluimos, ninguna orden masónica tiene el derecho de desviarse por el sendero
de los temas pseudo iniciaticos y
excluirse de entregar a sus iniciados la necesaria docencia de acuerdo a
los procedimientos y conceptos tradicionales de la masonería.
BIBLIOGRAFIA:
René Guenón: “Apreciaciones sobre la Iniciación”
Diccionario Enciclopedico abreviado de la
Masonería de Frau Abriles.
+EQUES
AB AQUILA CORONATA
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