¿ QUE ES LA
FRANC-MASONERÍA ?
Editado por "Templarios de Heredom" en la web
Denominación
que recibe, en esta época, la iniciación obrera de los constructores. En
efecto, se ha dicho que “han existido franc-masones desde siempre aunque no
eran denominados con ese nombre.” Hasta la Edad Media europea, con algunas
prolongaciones en el Renacimiento según el país, el Arte y la Ciencia de la
Construcción era patrimonio exclusivo de los Gremios del Oficio que controlaban
la enseñanza, la práctica, la supervisión, etc. de las edificaciones. En
algunos idiomas modernos, la relación entre la Masonería y la Construcción se
hace patente pues existe una sola y única palabra para denominarlas: Masonry (inglés),
Maçonnerie (francés), Massoneria (italiano), Maçonaria (portugués), etc.
En
cambio, en idioma castellano, se utiliza la palabra “albañilería”, de origen
árabe (al-bannah, el constructor), para designar al oficio de la construcción y
a los constructores por lo cual la palabra masonería aparece un tanto
desvinculada de los antedichos. Sin embargo una simple aproximación al
simbolismo tradicional de la Masonería marca inequívocamente el origen
constructivo del mismo y su universalidad (en efecto, sus símbolos básicos, Escuadra,
Compás, Regla, Plomada, Cincel, Mazo, etc. aparecen en la Roma antigua, en la
China, en la India en Pompeya, en la Grecia clásica y otras partes del mundo).
La
Franc-Masonería occidental, contrariamente a lo que generalmente se cree, no
tiene una organización única y piramidal semejante al papado sino que , por el
contrario cada país posee su propia Masonería independiente. Aunque , de todas
las Obediencias Masónicas existentes, algunas sean modelos para otras por su
importancia y significación ello no implica una organización monolítica y
jerárquica de nivel mundial.
Desde el punto de
vista metodológico, es más correcto hablar de ‘las’ Masonerías en lugar de ‘la’
Masonería a secas pues apunta a distinguir las distintas dimensiones de un
fenómeno de por sí complejo y distorsionado en su apreciación por cuestiones
políticas, religiosas, ideológicas, etc. Por ejemplo, la consideración acerca
de la existencia de diversos tipos de Masonería facilita la clasificación de
las mismas en tres categorías ya clásicas: a) Operativa b) Aceptada y c)
Especulativa.
Sintéticamente,
podría decirse que la primera categoría designa a la tradicional Masonería
medieval que, dominando a la vez la teoría y la práctica del Oficio,
efectivamente construyó las catedrales, castillos, conventos , fortificaciones,
etc.
Autores
masónicos como René Guénon han aludido a una Masonería Operativa “en un sentido
superior” dedicada a “operaciones” espirituales, derivadas del Hermetismo
Cristiano, y no a meras construcciones materiales. La segunda categoría designa
a aquellos individuos que, sin practicar efectivamente el Oficio, eran
iniciados en las Logias Masónicas como protectores políticos o espirituales:
muchos reyes, príncipes, obispos y aún santos son mencionados como miembros “aceptados”
de la Masonería.
Finalmente,
la tercer categoría designa a la Masonería moderna, surgida en 1717, que además
de drásticas modificaciones en el ritual antiguo y en los usos y costumbres,
efectuó una trasposición del arte de la construcción real a una construcción
“ideal” en un sentido filosófico y moderno. Esta última categoría, por su
propia naturaleza, llevaba en sí misma los gérmenes de la dispersión que ha
dado lugar a muy diferentes modos de interpretar la Masonería, a menudo
enfrentados entre sí. Conjuntamente con las tendencias modernizantes dentro de
la Masonería han aparecido, inevitablemente por su lógica interna, las
tendencias evolucionistas por las cuales se tendió a considerar que las tres
categorías de Masonerías antedichas constituían tres “etapas” evolutivas y
sucesivas del fenómeno. Sin embargo, la investigación objetiva concluye que los
tres tipos de Masonería aludidos constituyen tres simultáneos aspectos de un
mismo fenómeno y la aparición de uno de ellos no implica, de ninguna manera, la
desaparición del anterior. Por ejemplo, no es cuestión discutible la
coexistencia de los Operativos y los Aceptados, aún dentro de las mismas
Compañías y Logias, pues existe suficiente documentación probatoria al efecto.
La
aparición de la Masonería Especulativa trae aparejada una doble confusión, no
siempre casual ni carente de malas intenciones:
a)
Considerar que la creación de la Masonería Especulativa moderna dio por
terminada la existencia de la Masonería Operativa tradicional, lo cual es
inexacto pues los Masones Operativos no desaparecieron sino que, simplemente,
se ocultaron especialmente de los ojos de los Masones modernos a los cuales
repudiaban;
b)
Considerar que la Masonería Aceptada y la Masonería Especulativa son
expresiones sinónimas cuando, la realidad, la Aceptación es una práctica
tradicional que acompañó, desde siempre, a la Masonería Operativa. El verdadero
corte con el pasado ocurrió en 1717 con el surgimiento de un reflejo de la
Masonería antigua (reflejo especular donde, como es natural, se invierten las
polaridades...) que incluía a Operativos y Aceptados. Metodológicamente
hablando, se podría definir a la Franc-Masonería como una Orden iniciática
tradicional de Occidente, la última y única según René Guénon, entendiendo por
“tradicional” la perpetuación de la misma, a través del tiempo, por medio de la
transmisión ritual de un estado particular a cada nuevo miembro.
Esta
cuestión es de capital importancia para comprender la verdadera e íntima
naturaleza de la Franc-Masonería. En efecto, la existencia y la esencia de la
Orden Masónica depende exclusivamente de su cualidad iniciática, ritual y
simbólica y no de los aspectos ideológicos, morales, políticos, etc. los cuales
no son sino totalmente secundarios y cambiantes según las épocas, los países y
las modas culturales; por ello, si la naturaleza íntima e irreductible de la
Franc-Masonería está constituida por su cualidad iniciática, ritual y
simbólica, todo intento de simplificar, resumir o abolir su ritualismo tiende a
la desaparición de su principal rasgo distintivo y a su asimilación sea a una
sociedad de beneficencia, un partido político, un círculo de pensadores, etc..
En
consecuencia, si se quita la condición tradicional (transmisional) a la
Franc-Masonería, ésta podrá evolucionar hacia otro tipo de grupo social;
obviamente, a condición de dejar de ser Franc-Masonería.
Jorge F. Ferro
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