LA
RELIGIOSIDAD EN LA MASONERIA OPERATIVA
+Eques ab Aquila Coronata
S.P.R+C VII° HRDM-KLWNNG
“…El primer deber es este,
que usted será un hombre sincero
con Dios y la
Santa Iglesia…”
“Manuscrito Iñigo Jones”, año 1607
1.- Dios.
2.- La Trinidad.
El
Padre, Jesucristo, la Virgen y los Santos.
3.- La Iglesia.
A.- Formalismo
B.- Deberes
C.- Sobre las Misas
4.- Apéndice
5.- Conclusiones
6.- Bibliografía
1.- Dios.
Desde
que se instaló la reformada masonería especulativa en Londres, a partir de
1717, comenzaron las desviaciones en las prácticas y costumbres de la antigua
Masonería Operativa y por añadidura, de la Aceptada. Hoy en día, esta reforma
protestante se ha instalado en todo el mundo masónico como si fuera el carácter
legítimo y original de la masonería antigua. Así vemos como han aparecido
sendas órdenes que desconocen, por ejemplo, al Gran Arquitecto del Universo,
agnósticas, laicistas, enciclopedistas, republicanas, anti-religiosas,
políticas, eclécticas, etc., que se han adaptado a las costumbres de la
modernidad, pero también haciéndose eco de las tendencias conflictivas y
relativistas de la sociedad decadente actual.
¿Estos
antiguos gremios de constructores necesitan de reformas? Ciertamente que no.
Una Orden es como es, y no necesita de reformas y contra-reformas; los
“modernos” lo único que han logrado es desperfilar, confundir y desnaturalizar
sus propósitos originales.
Por
cierto, ¿cómo podemos comprender la religiosidad de la masonería operativa en
nuestro tiempo? Yendo por el único camino posible, esto es, revisando sus
orígenes documentales y escudriñando en la historia. Veamos:
En
la “Constitución de York”, que son las Leyes y Obligaciones Prescritas a los Hermanos Masones
por el Príncipe Edwin de York primer Grand Master de la Gran Logia de toda
Inglaterra, manuscrito
que está formado por 107 páginas y que se encuentra fechada en el año 926,
podemos encontrar en su comienzo la siguiente:
INVOCACION
"…Que el Soberano Poder del Dios
eterno, Padre y Creador del Cielo y de la Tierra, la sabiduría de su verbo y su
influencia, sean con nuestra empresa y nos haga la gracia de conducirnos de
modo que merezcan su aprobación en esta vida y obtendremos después de nuestra
muerte la vida eterna…"
Y luego, el
comienzo del primer articulado:
“…1.- Vuestro primer deber es honrar a Dios y
observar sus leyes, porque son preceptos divinos, a los que todo el mundo debe
obediencia. Por eso debéis evitar las herejías y no ofender a Dios…”
Ciertamente
que no estamos hablando de una postura moralista, de buenos ciudadanos dando
cumplimiento a algún reglamento, sino de una condición “sine quanón” en
relación a una conducta a observar bajo la mirada atenta del “ojo que todo lo
ve”. Es la profesión de fe, de que cuanto hagamos en nuestro Arte, debe tener
su origen en el convencimiento de que nuestros trabajos se realizan a la Gloria
de Dios, y el producto de este, hace la diferencia entre la ofrenda de Caín y
Abel.
La
ceremonia de la colocación de la “Primera Piedra” en toda construcción antigua
que respeta las tradiciones de la masonería operativa, no es otra cosa que la
consagración del trabajo que hacemos, al Principio Espiritual que denominamos
“Gran Arquitecto del Universo”. Por cierto, muy diferente a lo que se hace hoy,
fuera de toda espiritualidad, erigiendo monumentos y edificios a la necesidad
urbana actual.
No
debemos olvidar, que nuestra pertenencia es a un gremio de constructores y que
por tanto, como gremio estamos limitados por ciertos reglamentos, técnicas de
Arte, dominio de las diferentes Herramientas que son puestas en nuestras manos
de acuerdo a la experiencia que tenemos en esta ciencia, regulados por grados
de conocimiento, leyendas sobre el Arte y concepciones religiosas sobre
nuestros propósitos trascendentales. No somos una sociedad cualquiera donde a
sus miembros le son permitidas todas aquellas cuestiones que decidan las
mayorías electoras y donde sus propósitos pueden variar de acuerdo a los gustos
y pensamientos generales. La masonería moderna ha confundido las diferencias
que pueden existir entre una y otra.
Desde
el “Manuscrito Cooke” fechado por el año 1410, extraemos la siguiente leyenda:
“…Demos gracias a Dios, nuestro Padre
Glorioso, creador del Cielo y de la Tierra y de todo lo que está en ellos y que
Él conoce [en virtud] de Su Gloriosa Divinidad. Él hizo todas las cosas para
ser obedecido, y muchas de ellas en beneficio de la Humanidad; les ordenó
someterse al hombre, porque todas las cosas que son comestibles y de buena
calidad [sirven] para el sostén del hombre. Y también ha dado al hombre
inteligencia y habilidad en diversas cosas, y el Arte, por medio del cual
podemos viajar por este Mundo para procurarnos la subsistencia, para hacer
muchas cosas por la Gloria de Dios y también para nuestra tranquilidad y
provecho. Si debiese enumerar todas estas cosas, sería demasiado largo de decir
y de escribir…”
2.- La Trinidad.
El Padre, Jesucristo,
la Virgen y los Santos.
Por
cierto, en masonería debiera hacerse todo “En el Nombre del Gran Arquitecto del
Universo”.
Pero,
esta religiosidad está solo fundamentada en Dios por sí solo, excluyendo la
corte divina, y sobre todo la “Trinidad”? Veamos:
Avancemos
al año 1248 e introduzcámonos en el manuscrito conocido como "Statuta et Ordinamenta
Societatis Magistrorum Tapia et Lignamiis" o "Carta di Bologna"
(Carta de Bolonia) el que fuera redactado originariamente en latín por un
notario de Bolonia por orden del alcalde de Bolonia, Bonifacii De Cario, el día
8 de agosto de 1248.
“…En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén…”
“…El año del Señor de 1248, indicción sexta…”
“..Estatutos y
Reglamentos de los Maestros del Muro y de la Madera…”
“…He aquí los estatutos y reglamentos de la
sociedad de los maestros del muro y de la madera, hechos en honor de Dios, de
Nuestro Señor Jesucristo, de la Bienaventurada Virgen María y de todos los
santos, y para el honor y el buen estado de la ciudad de Bolonia y de la
sociedad de dichos maestros, respetando el honor del podestá y capitán de
Bolonia que la gobierna o gobiernan o gobernarán en el futuro, y respetando los
estatutos y reglamentos de la comuna de Bolonia hechos y por hacer. Y que todos
los estatutos que siguen se apliquen en adelante a partir del día de hoy, el
año 1248, indicción sexta, el octavo día de agosto…”
Aquí tenemos
la prueba: “…hechos en honor de Dios, de
Nuestro Señor Jesucristo, de la Bienaventurada Virgen María y de todos los
santos…” Lejos de un monoteísmo rabioso, la antigua masonería recurre y
reconoce todo el panteón cristiano divino por un lado, pero hace un acto de fe
dogmático y doctrinal al recurrir a los fundamentos de los Padres de la Iglesia,
“…En el Nombre del Padre, del Hijo y del
Espíritu Santo. Amén…” que es el pilar donde reposa la Iglesia: “La Trinidad”.
“…I) Juramento de los
susodichos maestros…”
“…Yo, maestro de la madera y del muro, que soy, o
seré, de la sociedad de dichos maestros, juro, en honor de nuestro Señor
Jesucristo, de la Bienaventurada Virgen María y de todos los santos, y en honor
del podestá y capitán que es ahora o serán en el futuro, y para el honor y buen
estado de la ciudad de Bolonia, aceptar y obedecer las órdenes del podestá y
capitán de Bolonia y de todos los que sean gobernantes de la ciudad de Bolonia,
aceptar y obedecer todas y cada una de las órdenes que me den el macero y los
oficiales de la sociedad de los maestros de la madera y del muro, o uno de
ellos, por el honor y el buen nombre de la sociedad, y conservar y mantener la
sociedad y los miembros de la sociedad en buen lugar, y de guardar y mantener
los estatutos y reglamentos de la sociedad tal y como están regulados ahora o
lo serán en el futuro, con respeto en todo a los estatutos y reglamentos de la
comuna de Bolonia, estando precisado que estaré obligado [a ello] a partir de
[mi] entrada, y que seré libre tras [mi] salida…”
En
este primer artículo existe una variación, ya que dice “… juro, en honor de nuestro Señor Jesucristo, de la Bienaventurada
Virgen María y de todos los santos…” dejando fuera la palabra “Dios”,
aunque en un contexto dogmático no revela una gran significancia pues está implícito
en ello.
El “Manuscrito Grand Lodge nº 1” datada del año de
1583, al parecer es emanado de la Logia de York, a la que menciona. La Logia de
los masones de York comenzó probablemente a existir con el inicio de la
construcción de la catedral. De allí extraemos desde su primer artículo lo siguiente:
“…Que la fuerza del Padre del
cielo y la sabiduría del Hijo glorioso por la gracia y la bondad del Espíritu
Santo, que son tres personas y un solo Dios, estén con nosotros en nuestras
empresas y nos otorguen así la gracia de gobernarnos aquí abajo en nuestra vida
de manera que podamos alcanzar su beatitud, que jamás tendrá fin. Amén…”
Desde las “Constituciones de los Masones de
Estrasburgo”, fechadas en el año 1459, debemos considerar a este propósito lo
siguiente:
“…En el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo, y de nuestra Madre María llena de gracia, así como
de sus benditos servidores, los cuatro santos mártires coronados por siempre
recordados, y considerando que la verdadera amistad, la unanimidad, y la
obediencia constituyen la base de toda bondad…”
Los Cuatro Santos Mártires Coronados:
Un argumento no menor y hasta
poco conocido es el que encontramos en esta leyenda, pues marca una diferencia
de opinión bastante significativa si acaso la vemos desde la perspectiva de la
Masonería Operativa (católica), o desde la visión de la especulativa
(protestante). El carácter de “Santos” marca la diferencia entre estas dos
visiones. Para la protestante de 1717, ven e interpretan a los Cuatro Santos
Coronados como una especie de regentes del ejemplo de sacrificio y la ética que
se debe observar por todo buen masón, mientras que para la masonería antigua,
el sentido de esta santidad tiene el sello del “Martirio” al que se expusieron
por abrazar la esencia de su creencia y religión, o sea la fe de ellos en
Jesucristo. Por dicho sacrificio la Iglesia los ha premiado con el ascenso a
los altares de la devoción.
Debemos agregar a
nuestro estudio también el extracto que aparece en el "Manuscrito
Regio" (1390), encontrado por Jones O. Haliwell, y de quien toma su
nombre; dice:
"…Roguemos
ahora al Dios Todopoderoso y a su madre la dulce Virgen María, que nos ayuden a
observar estos artículos y estos puntos en todas sus partes, como lo hicieron
otras veces los Cuatro Coronados, santos mártires, que son la gloria de la
comunidad. Buenos masones, elegidos, también ellos fueron escultores y
tallistas de piedra. Eran obreros dotados de todas las virtudes. El emperador
los llamó cerca de sí, y les mandó que labrasen la imagen de un falso dios y
que la adorasen como si fuera el Dios supremo..."
“…Oremos ahora al Dios Omnipotente,
Y a su radiante madre María,
A fin de que podamos seguir estos artículos
Y los puntos, todos juntos,
Como hicieron los cuatro santos mártires,
Que en este oficio tuvieron gran estima;
Fueron ellos tan buenos masones
Como pueda hallarse sobre la tierra,
Escultores e imagineros también eran,
Por ser de los obreros mejores,
Y en gran estima el emperador los tenía;
Deseó éste que hicieran una estatua
Que en su honor se venerara;
Tales monumentos en su tiempo poseía
Para desviar al pueblo de la ley de Cristo.
Pero ellos firmes permanecieron en la ley de Cristo,
Y sin compromisos en su oficio;
Amaban bien a Dios y a su enseñanza,
Y se habían volcado a su servicio para siempre.
En aquel tiempo fueron hombres de verdad,
Y rectamente vivieron en la ley de Dios;
Ídolos se negaron a erigir,
Y por muchos beneficios que pudieran reunir;
No tomaron a este ídolo por su Dios
Y rechazaron su construcción, pese a su cólera;
Por no renegar de su verdadera fe
Y creer en su falsa ley,
Sin demora el emperador los hizo detener,
Y en una profunda cárcel los encerró;
Más cruelmente les castigaba,
Más en la gracia de Dios se regocijaban.
Viendo entonces que nada podía
Les dejó ir a la muerte;
Quien lo desee, en el libro puede leer
De la leyenda de los santos,
Los nombres de los cuatro coronados.
Su fiesta es bien conocida por todos,
El octavo día tras Todos los Santos…”
Asimismo, en los
"Estatutos de los Canteros Alemanes", constituciones de los
Steinmetzen, jurados en la Asamblea de Ratisbona (Regesburg, Alemania) en 1459
y aprobados por el Emperador Maximiliano I, comienza con la siguiente invocación:
"…En
nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y de nuestra Madre la graciosa
María, y de sus santos servidores, los Cuatro Mártires Coronados de perdurable
memoria…"
Esta es la historia, que ha llegado hasta nosotros
de los Cuatro Santos Mártires Coronados:
Claudio, Nicóstrato, Sinforiano, Cástor (y el ayudante
de este último, Simplicio), eran cristianos secretos y destacados escultores en
las canteras de piedra de Diocleciano, en Panonia, región del Danubio medio
(Austria-Hungría). La leyenda agrega que su excelente trabajo se explicaba
porque era hecho en honor a Dios.
Recordemos que Diocleciano fue emperador romano
desde el año 284 al 305 D.C. y que reorganizó el Imperio con arreglo a un
sistema jerárquico: la Tetrarquía. Su yerno, luego emperador, Valerio
Maximiliano Galerio, le instó a desatar una dura persecución contra los
cristianos. Diocleciano ordenó a estos expertos que tallasen una estatua en
honor de Esculapio (dios pagano de la medicina, hijo de Apolo). Firmes en su
fe, se negaron, perdiendo el favor del emperador. Según la leyenda, fueron condenados
a una horrible muerte, pues habría sido enterrados vivos en ataúdes de plomo,
lanzándolos al río el 8 de noviembre del 287 d.C. Un correligionario escondió
los restos en su propia casa.
Otra versión de la leyenda dice que Diocleciano
edificó en Roma un templo para el culto de Esculapio, ordenando que los
soldados romanos y, especialmente los milicianos de Roma, le rindieran culto y
quemaran incienso ante su imagen. Cuatro soldados cristianos que se negaron
fueron azotados con plomadas hasta morir y sus cuerpos arrojados a los perros.
Los cadáveres de Severo, Severiano, Corpóforo y Victoriano fueron, sin embargo,
rescatados y enterrados junto a otros Santos.
Continúa la leyenda contando que pasaron doce años
y el Obispo erigió en memoria de los nueve una Iglesia con el nombre de
"Cuatro Santos Coronados".
Los relatos dicen que "reliquias" de los
Santos fueron depositadas en la iglesia: sierra, martillo, mazo, compás y
escuadra (los gremios de carpinteros también tenían a estos santos por
patronos: recordemos que gran parte de los edificios de la época se construían
con madera). Estas mismas herramientas, junto a una corona y a la imagen de un
perro o un lobo (que rehusaron comer los cuerpos y los defendieron de otros
carniceros) forman la insignia de los santos. La Iglesia Católica dedicó el 8
de noviembre para homenajearlos y los santificó. San Jerónimo, autor de la
versión latina de la Biblia -"Vulgata"- ya se refiere a ellos.
Los constructores profesionales, miembros de los
antiquísimos Collegia Fabrorum romanos, ocupaban la retaguardia de los
ejércitos que destruían a su paso todo lo existente, en sus acciones de
conquista por Europa, Asia y el norte de Africa. La misión de los
"collegiati" era la de reconstruir. En las postrimerías del Imperio,
dentro de esos Collegii se veneró la memoria de estos santos y sus herramientas
se convirtieron en sus emblemas. Al simple efecto informativo y si quisiéramos
aceptar una línea de continuidad -muchas veces argumentada pero totalmente
infundada-, entre hechos históricos cuyo origen, causa y estructura son
totalmente distintos, cabría mencionar que los Maestros "Comacinos"
(arquitectos aislados en torno al Lago de Como, en la época en que se disgrega
el Imperio, legendarios precursores de los francmasones medievales), el rey
franco Carlomagno, Emperador de Occidente, el Sacro Imperio Romano (962)...,
fueron los puentes por los que pasó la leyenda hasta llegar a los
"freemasons" ingleses y a los "steinmettzen" alemanes del
medievo (S. XII), estos últimos constructores de la catedral de Estrasburgo,
bajo la dirección de Erwin de Steinbach, que adoptaron a los Quatuor Coronati
como Santos Patrones del gremio operativo.
En los antiguos “Estatutos
de Ratisbonne”, de las comunidades de constructores en Alemania, y que fueron sancionados
por el emperador Maximiliano, y confirmados por Carlos V (1520) y Ferdinando I
(1588); y en la Asamblea de 1459, celebrada en Ratisbona, sede de la Dieta
germánica, fue convocada por Jobs Dotzinger, maestro de obras de la catedral de
Estrasburgo. En estos estatutos, encontramos:
“…Estatutos de la Asociación de los
Talladores de piedras y Constructores…”
“…En el nombre de Dios Padre,
del Hijo, del Espíritu Santo y de Santa María, Madre de Dios, de sus Santos
bienaventurados, los cuatro Santos Coronados de memoria eterna, consideramos
que para conservar la amistad, unión y obediencia, fundamento de todo bien, de
toda utilidad y beneficio de todos, príncipes, condes, señores, localidades y
conventos, construidos ahora y en el futuro, Iglesias, edificaciones de piedra
o construcciones, debemos formar una comunidad fraternal; todo ello por el bien
y utilidad de todos los Maestros y Compañeros del cuerpo del oficio de
trabajadores de piedras y de constructores en tierras alemanas, sobre todo para
evitar discusiones, contratiempos, inquietudes, gastos y cuidados procedentes
de los desórdenes y transgresiones a la buena norma. Nos comprometemos a seguir
los reglamentos pacífica y amigablemente…”
3.- La Iglesia Católica Apostólica Romana.
A.- Formalismo
Carta de Bolonia (1248), articulo XXIII
“…-Que
ninguno debe estar más allá de la esquina del altar…”
“…Estatuimos y ordenamos que
ninguna persona debe estar junto a la esquina del altar, vuelto
hacia la iglesia, bajo pena de una multa de tres denarios cada vez que lo haya
contravenido…”
Por cierto, que en aquella época, los rituales y
oficios de la iglesia en el desarrollo de la santa misa, eran bastante
diferentes a los que se practican hoy. No estaba permitido que las personas se acercasen
demasiado al altar, pues dicho lugar es considerado santo, donde solo se
desplaza el sacerdote oficiante y sus acólitos. Incluso en muchas iglesias
antiguas aún se mantiene una división hecha de madera, con una altura hasta la
cadera, con unos pasa-manos y una puerta central, la que se mantiene cerrada
durante el oficio. Solo se abre en caso del ingreso y salida de la precesión
ritual.
La posición del altar principal está en dirección
hacia el oriente y el sacerdote celebra la misa mirando también hacia dicho
lugar. Está siempre dando la espalda a los feligreses. De allí que quien ose
hacer lo contrario, está faltando gravemente al ritual, pues a un lugar santo,
jamás se debe dar la espalda; y de hecho, la única vez que la gente da la
espalda al altar, es solo cuando la ceremonia ha terminado y es necesario salir
de la iglesia por el occidente.
Desde las “Constituciones de los Masones de
Estrasburgo”, fechadas en el año 1459, debemos considerar a este propósito lo
siguiente:
“…Ningún trabajador del oficio o maestro que no vaya
una vez al año a la Sagrada Comunión, que no observe la disciplina Cristiana, o
que se la tome a broma, deberá ser admitido en la fraternidad. Pero si,
inadvertidamente, alguien así fuera aceptado en la fraternidad, ningún maestro
ni compañero deberá trabar amistad con él hasta que ello le fuerce a desistir.
Este será el castigo que la fraternidad le aplicará…”
El miembro de la fraternidad debe
vivir o hacer esfuerzos por vivir en santidad. Es más, si no lo hace, queda reo
de sus pecados y como tal, se expone a no estar bajo la protección de Dios, la
Virgen y los Santos. Esta persona queda expuesta, mediante su conducta, a traer
desgracias para sí y la cofradía de constructores, por no contar con el amparo
divino. El hacer burlas o “tomar a broma” las cosas santas, es un atentado
contra el Espíritu Santo, siendo éste el único pecado que no contempla perdón.
La Constitución de Estrasburgo
(1459), sigue:
“…Estatutos de los "Parlirers" y Compañeros…”
“…Ningún oficial o maestro deberá
dar trabajo a un compañero que cometa adulterio o que viva abiertamente de
forma ilícita con una mujer, o que no se confiese una vez al año y asista a la
Sagrada comunión de acuerdo a la disciplina Cristiana, ni tampoco a alguien que
esté tan loco como para jugarse sus pertenencias en el juego…”
B.- Deberes
Carta de Bolonia (1248),
articulo XXIX
“…-Que
cada miembro de la sociedad esté obligado a pagar cada año cuatro [denarios]
para las misas…”
“…Estatuimos y ordenamos que
cada miembro de la sociedad esté obligado a pagar cada año cuatro denarios para
las misas, y que los oficiales sean los encargados de recaudar estas sumas…”
Carta de Bolonia (1248),
articulo XLVIII Y IL
“…-De
la confección de un cirio…”
“…Y además estatuimos que se
haga a cargo de la sociedad un cirio de una libra que siempre deberá
arder en las misas de la sociedad…”
“…-De
los cirios a dar cada año a la Iglesia de San Pedro…”
“…Y además estatuimos y
ordenamos que, a cargo de la sociedad, se den cada año, a la Iglesia de San
Pedro, catedral de Bolonia, en la fiesta de San Pedro, en el mes de
junio, cuatro cirios de una libra. Y que los oficiales que estarán
[en funciones] en el futuro estén obligados a cumplirlo bajo pena de una multa
de cinco sueldos boloñeses por cada uno de ellos…”
Desde
el “Manuscrito Grand Lodge nº 1” datada del año de
1583 y en el artículo XIX leemos:
“…El primer
deber es éste: que seréis hombres leales a Dios y a la santa Iglesia; y que no
caeréis en el error ni en la herejía, sea por vuestro juicio, sea por vuestras
acciones, sino que seréis hombres discretos y sabios en todo…”
“…Estos
deberes que os acabamos de repetir, y todo lo que pertenece además a los
masones, los guardaréis, y que Dios os ayude y os santifique por este libro que tenéis en
las manos, en la medida de vuestros medios. Amén…”
En el “Manuscrito Iñigo Jones” del año 1607,
encontramos que:
“…El primer deber es este, que usted será un hombre
sincero con Dios y la Santa Iglesia…”
C.- Sobre las Misas.
Carta de Bolonia (1248),
articulo LV
“…-Que
la sociedad debe reunirse en la Iglesia de San Pedro…”
“…Y además estatuimos y
ordenamos que la sociedad debe reunirse para todos sus asuntos en la Iglesia de
San Pedro o sobre el palacio del señor obispo. Y que los oficiales de la
sociedad den a la Iglesia de San Pedro tres cirios de una
libra. Y que la misa de la sociedad sea celebrada en esta iglesia…”
Carta de Bolonia (1248),
articulo LVII
“…-De
aquellos que no entregan el dinero de las misas…”
“…Y además estatuimos y
ordenamos que si alguien no pague los cuatro denarios boloñeses por las misas
en el plazo fijado por los oficiales, que entregue el doble al nuncio que irá a
su domicilio para recaudar esta suma…”
En el Manuscrito “Regius Poem”, datado del año
1390, encontramos una “exhortación sobre la misa y
cómo conducirse en la iglesia” que resulta útil e interesante analizar:
“…Pues el mismo Cristo nos
enseña que la Santa Iglesia es la casa de Dios, y no para otra cosa está hecha
sino para orar, como la Escritura nos dice; es allí donde el pueblo debe
congregarse, para orar y llorar sus pecados…”
“…Trata de no llegar tarde a la
Iglesia, por haber tenido en la puerta palabras libertinas; cuando a ella estés
en camino ten en la mente en todo instante venerar a tu Señor Dios día y noche,
con todo tu espíritu, y toda tu fuerza. Al llegar a la puerta de la iglesia
tomarás un poco de agua bendita, pues cada gota que toques limpiará un pecado
venial, sábelo cierto…”
“…Pero antes debes descubrir tu
cabeza, por el amor de aquel que murió en la cruz. Cuando entres en la iglesia,
eleva hacia Cristo tu corazón; alza entonces los ojos a la cruz, y arrodíllate
sobre las dos rodillas; ora entonces para que Él te ayude a obrar según la ley
de la Santa Iglesia, y a guardar los diez mandamientos que Dios a todos los
hombres legó…”
“…Y ruégale con voz dulce que
te libre de los siete pecados, a fin de que en esta vida puedas mantenerte
lejos de preocupaciones y querellas; y que te dé además la gracia para un lugar
encontrar en la beatitud del cielo...”
“…En la santa iglesia abandona
las palabras frívolas del lenguaje lascivo, y las bromas obscenas, y deja de
lado toda vanidad, y di tu Padre Nuestro y tu Ave; vigila de no hacer ruido,
mas estate siempre en oración; pero si no quieres rezar, no molestes al prójimo
de ninguna manera. En este lugar no estés ni de pie ni sentado, sino en el
suelo bien arrodillado, y cuando yo lea el Evangelio, álzate, sin apoyarte en
los muros, y persígnate si sabes hacerlo cuando se entone el “gloria tibi”; y
cuando acabe la lectura, de nuevo puedes arrodillarte, y caer sobre tus dos
rodillas, por amor a quien a todos nos ha redimido; y cuando oigas sonar la
campana que anuncia el Santo Sacramento, debéis arrodillaos, jóvenes y viejos,
y elevar las manos al cielo, para entonces decir en esta actitud, en voz baja y
sin hacer ruido: - "Señor Jesús, sé bienvenido, en forma de pan, como te
veo, ahora Jesús, por Tu Santo Nombre, protégeme del pecado y de la culpa; dame
la Absolución y la Comunión, antes de que me vaya de aquí, y sincero me
arrepiento de mis pecados, a fin, Señor, de que jamás muera en este estado; y
tú, que de una virgen has nacido, no sufras porque me haya perdido; mas cuando
de este mundo haya partido, Otórgame la beatitud sin fin; ¡Amén! ¡Amén! ¡Así
sea! Y ahora, dulce dama, orad por mí" ...”
“…He aquí lo que has de decir,
o algo parecido, cuando te arrodilles ante el Sacramento. Si buscas tu bien, no
ahorres nada para venerar a quien todo lo ha creado; pues para un hombre es un
día de alegría, que una vez ese día pueda verle; es algo tan precioso, en
verdad, que nadie puede ponerle precio, pues tanto bien hace esta visión…”
“…Como dijo San Agustín muy
justamente, el día en que veas el cuerpo de Dios, poseerás estas cosas, con
toda seguridad: comer y beber lo suficiente, nada ese día te faltará; los
juramentos y vanas palabras, Dios también te perdonará; la muerte sufrida ese
mismo día en absoluto la has de temer; y tampoco ese día, te lo prometo, perderás
la vista; y cada paso que entonces des, para ver esta santa visión, será
contado a tu favor, cuando de ello tengas necesidad; este mensajero que es el
ángel Gabriel exactamente los conservará. Tras esto, ahora puedo pasar a hablar
de otros beneficios de la misa; ven entonces a la iglesia, si puedes, y oye
misa cada día; si no puedes acudir a la Iglesia, allí donde estás trabajando,
cuando oigas sonar la Misa, Ora a Dios en el silencio de tu corazón, para que
te dé parte en este servicio que en la iglesia se celebra…”
“…Que Cristo entonces, por su
gracia celestial, os conceda el espíritu y el tiempo, para comprender y leer
este libro, a fin de obtener en recompensa el cielo.
¡Amén! ¡Amén! ¡Así sea! Digamos
todos, por caridad…”
4.- Apendice
A
manera de apéndice es que agregamos el “Manuscrito Dumfries nº 4” fechado el
año 1710, por cierto, siete años antes de la fundación de la moderna masonería
especulativa. (The Dumfries nº 4 ms., c. 1710. Publicado en Harry Carr, The Early
masonic catechisms, 1963, pp. 52-68. Trad.
francesa en Textes fondateurs de la Tradition maçonnique 1390-1760.
Introduction à la pensée de la franc-maçonnerie primitive, traduits et
présentés par Patrick Négrier, París, Bernard Grasset, 1995.)
No lo
copiamos en su totalidad, sino que hacemos referencia solamente al tema que nos
interesa esta vez, que es la religiosidad en la masonería operativa. Y dado a
que es muy extenso el sentido religioso, cristiano y espiritual que posee, no
podemos comentar por fracciones, ya que resultaría en demasiado extenso este trabajo.
Sin embargo podemos hacerlo desde las conclusiones de dicho trabajo.
Veamos
su desarrollo:
Oración de principio:
Imploramos
al Padre omnipotente de santidad y a la sabiduría del glorioso Jesús por la
gracia del Espíritu Santo, que son tres personas en un principio divino, que
estén con nosotros desde ahora, y que nos otorguen también la gracia de
gobernarnos aquí abajo, en esta vida mortal, de manera que podamos alcanzar su
reino, que jamás tendrá fin. Amén.
+++
El deber:
Todo hombre
que es masón o que entra en su asociación para ampliar y satisfacer su
curiosidad debe velar por el siguiente deber. Si uno de vosotros es culpable de
alguna de las siguientes faltas, debéis arrepentiros y corregiros rápidamente,
pues hallaréis que es una dura cosa caer en las manos de nuestro Dios enojado;
y más particularmente vosotros, que estáis bajo el imperio de vuestra promesa,
tened cuidado de observar el juramento y la promesa que habéis hecho en
presencia de Dios omnipotente. No penséis poder usar de una restricción mental
o del equívoco, pues cada palabra que proferís durante toda la duración de
vuestra recepción es un juramento, y Dios os examinará según la pureza de
vuestro corazón y la limpieza de vuestras manos. Es una herramienta de filo
cortante con la que jugáis, prestad atención en no cortaros. Os recomendamos
que no perdáis vuestra salvación por alguna satisfacción aparente.
En primer
lugar, serviréis al verdadero Dios y guardaréis cuidadosamente sus preceptos
generales, en particular los diez mandamientos dados a Moisés sobre el monte
Sinaí, tal como los encontraréis
expuestos sobre el pavimento del templo.
2º. Seréis
fieles y asiduos a la santa Iglesia católica y huiréis de toda herejía, cisma o
error que llegue a vuestro conocimiento.
+++
El deber del
aprendiz:
En primer
lugar, que sea sincero hacia Dios, la santa Iglesia católica, el rey y el
maestro al que sirve. Además, no criticará, ni se opondrá a su maestro o a los
bienes de su maestro, no se abstendrá de servirle, y no se alejará de él para satisfacer
su propio placer, de día o de noche, sin su permiso. No cometerá adulterio ni
fornicación, sea dentro o fuera de la logia, con la hija, la criada u otra
mujer de su maestro. Retendrá en todo los consejos que dentro o fuera de la
logia, fuera de la cámara o de la casa, le haya dado un compañero, un maestro o
un hombre libre. No le opondrá un argumento a fin de desobedecerle. No revelará
ningún secreto que pueda provocar un conflicto entre los masones, compañeros o
aprendices, sino que se conducirá con respeto hacia todos los francmasones, de
manera que pueda ganar hermanos para su maestro. No jugará a las cartas, ni a
los dados, ni a otros juegos desleales. No frecuentará las tabernas ni las
cervecerías para despilfarrar el dinero de su maestro sin su permiso. No
hurtará ni sustraerá los bienes de nadie, ni una porción, durante su
aprendizaje, sino que deberá guardarse de estas cosas lo mejor que pueda, e
informar a su maestro o a algún otro masón si es posible con toda la diligencia
requerida.
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Preguntas planteadas y
respuestas:
P.: ¿Cuántos pilares hay en
vuestra logia?
R.: Tres.
P.: ¿Cuáles son?
R.: La escuadra, el compás y la
Biblia.
P.: ¿Cuántos peldaños había en
la escala de Jacob?
R.: Tres.
P.: ¿Cuáles eran esos tres?
R.: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
P.: ¿Cuántas flores hay en el ojal del masón?
R.: Tres y doce.
P.: ¿Cómo las llamáis?
R.: La Trinidad y los doce apóstoles.
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P.: ¿Qué significa el mar de bronce que fue
construido por Hiram y al que soportaban doce bueyes, de los cuales tres
miraban hacia el norte, tres hacia el sur, tres hacia el oeste y tres hacia el
este?
R.: Estaba destinado al baño y a las abluciones de
los sacerdotes de esos tiempos. Pero ahora sabemos que era una representación
de Cristo, cuya sangre estaba destinada a purificar del pecado y a lavar a los
elegidos, y que los doce bueyes eran una representación de los doce apóstoles
que lucharon contra el paganismo y el ateísmo, y que sellaron con su sangre la
causa de Cristo.
P.: ¿Qué significaba la puerta dorada del templo
que daba acceso al santo de los santos?
R.: Era otra representación de Cristo, que es la
puerta, el camino, la verdad y la vida, para quien y en quien todos los elegidos
penetran en el cielo.
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Preguntas que conciernen al templo:
1. P.: ¿Qué significa el templo?
R.: El Hijo de Dios, y en parte la Iglesia. El
Hijo sufrió y su cuerpo fue destruido, resucitó al tercer día, y erigió para
nosotros la Iglesia cristiana, que es la verdadera Iglesia espiritual.
2. ¿Qué significa el mármol blanco?
R.: El Cristo es el mármol blanco sin mancha, la
piedra rechazada por los constructores... Pero Dios la ha escogido...
3. El misterio de la madera de cedro.
R.: El cedro, el ciprés y la madera de olivo no
estaban sujetos a la putrefacción, y no podían ser devorados por los gusanos.
Por ello la naturaleza humana de Cristo no estaba sujeta ni a la corrupción ni
a la putrefacción.
4. El misterio del oro.
R.: El oro y las piedras preciosas significan la
divinidad de Cristo, en la que habitaba su plenitud, pues es el origen.
5. El misterio de los querubines.
R.: Primero significaban la gloria celestial y la
vida eterna que debe venir. Pintados a imagen del hombre, representan el coro
de los santos ángeles y de los santos, que cantan el Te Deum laudamus. En
segundo lugar, los dos querubines sobre la misericordia en el coro del
santuario significan el Antiguo y el Nuevo Testamento, que contienen la
doctrina de Cristo, y así como sus alas se tocan mutuamente, así el Antiguo y
el Nuevo Testamento están unidos, coincidiendo el final del primero con el
principio del otro, uno conteniendo el mundo antiguo, el otro conteniendo el
fin del segundo mundo. Ambos se refieren a Cristo, a quien fue confiado el ministerio de Dios.
6. El misterio de la puerta dorada del templo.
R.: Cristo es la puerta de la vida por la que
debemos penetrar en la eterna dicha. Las dos columnas significan la adquisición
de los dos conocimientos que preceden a esta entrada, a saber, el de su persona
y el de su misión.
7. ¿Qué significa el velo?
R.: El Hijo de Dios nuestro Señor Jesucristo,
suspendido del altar de la cruz, es el verdadero velo que, interpuesto entre
Dios y nosotros, ensombrece con sus heridas y su sangre la multitud de nuestras
ofensas, y nos permite así ser hechos agradables a su Padre.
8. El arca de la alianza.
R.: Ella representa tanto a nuestro salvador
Cristo como a los corazones de los fieles, pues en el pecho de Cristo se
encontraba la doble doctrina de la ley y del evangelio, así como se encuentra
entre los fieles, aunque en menor grado. Era el verdadero maná descendido (del
cielo) para dar vida al mundo. La tabla de la ley nos conduce al amor y a la
obediencia. La vara florida de Aarón significa la dulzura del evangelio y la gloria
de nuestro gran sacerdote Jesucristo, de quien Aarón era una figura.
9. El misterio del altar.
R.: El altar, con sus cuatro esquinas doradas, en
parte hecho de madera de acacia y en parte cubierto de oro, representa la unión
de la humanidad y la divinidad de nuestro salvador, pues la naturaleza
incorruptible se hacía sensible por el oro, y la humanidad de Cristo, rebelde a
la putrefacción, fue embellecida por la gloria celestial de la divinidad.
Personalmente unido a la naturaleza divina, él ascendió al cielo y se asienta a
la derecha de Dios, su Padre, coronado de majestad y de dicha eterna.
10. El misterio del candelabro de oro.
R.: El candelabro de oro de seis brazos, con sus
siete luces, significa el Cristo y sus ministros. Cristo, fundamentalmente, es
el gran sacerdote y la luz del mundo que nos ilumina para la vida eterna. Los
doctores y maestros de la Iglesia son los brazos que Cristo ilumina con la
santa doctrina del evangelio. Nadie debería estar separado de Cristo, sino que,
por la Luz de la doctrina, debería ser una linterna en nuestro camino. Y como
todos los brazos del candelabro estaban unidos, así todo ministro y todo hijo
de Dios debería estar unido al cuerpo de Cristo sin separación (posible). Las
flores y los lises denotan las gracias de su espíritu, extendidas sobre todos
sus fieles ministros. Las luces y las lámparas exhortan a todos los buenos
ministros (del culto) a un gran cuidado y diligencia.
11. El misterio de la mesa dorada y del pan puesto
encima.
R.: La mesa recubierta de un precioso
contrachapado significa los ministros del evangelio; el pan significa el
Cristo, el pan de vida.
12. El misterio de la vid de oro y de las uvas de
cristal.
R.: La vid, que, al este del templo, estaba hecha
de oro brillante, recuerda a nuestro Cristo, que se compara a sí mismo con una
viña y que (compara) a los fieles con los sarmientos; las uvas de cristal (se
asemejan) a la doctrina del evangelio y a las obras de la fe, que son: la fe,
el amor, la esperanza, la caridad, la paciencia, la oración, y a las obras de
la gracia, que son proporcionales a la fe.
13. El mar de bronce. Su misterio.
R.: El mar de bronce era una representación del
bautismo y del agua viva que brota de las heridas de Cristo. Los doce bueyes
significan los doce apóstoles.
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5.- Conclusiones:
Según
lo afirmaba el Caballero Ramsay, en su discurso de 1737:
“…El nombre de francmasones no debe por lo tanto
ser tomado en sentido literal, vulgar y material, como si nuestros instructores
hubieran sido simples trabajadores de la piedra o del mármol, o simplemente
genios curiosos que querían perfeccionar las artes. No sólo eran hábiles
arquitectos que querían consagrar sus talentos y sus bienes a la construcción
de los templos exteriores, sino también príncipes religiosos y guerreros que
querían iluminar, edificar y proteger los templos vivos del Altísimo…”
Sin embargo,
hasta el día de hoy, la francmasonería moderna y protestante persiste en su
visión errada en la comprensión de las prácticas de la masonería operativa y
aceptada, depreciando elementos tan fundamentales como es el entendimiento de
los antiguos usos y costumbres.
Todas
las antiguas constituciones nos hacen referencias a la condición espiritual que
debe primar en la profesión de fe de la orden masónica. Por cierto, estamos
hablando de la masonería auténtica y original. Pero, a este respecto, ¿qué
aportes nos pueden hacer los modernos? La verdad, no mucho, pues el des-perfil
y la pérdida de su centro de gravedad, los ha llevado más bien a tomar, por un
lado, alianza con una religiosidad militante exacerbada donde el plan masónico
casi no tiene importancia más que ser una fachada de conexión y simple afiliación a una orden artesanal;
y por la otra, una masonería relativista a tal punto que ya ni siquiera el Gran
Arquitecto del Universo es el fundamento de su trabajo, estando desplazado de
sus rituales e invocaciones, para dar paso al interés por la política, los
negocios, el anti-clericalismo, el laicismo, el intelectualismo, la moralina,
etc., desembocando todos en sendas organizaciones a titulo de clubes sociales
donde reunir gente de negocios, personas influyentes en diferentes áreas del
que hacer profano. En resumen, lugares de reunión para pasar el tiempo de forma
más o menos entretenida.
Hemos
repasado la información de los antiguos manuscritos, para descubrir que si
alguna vez la masonería brilló en esplendor, fue en los años que la conocemos
como operativa y aceptada. Si acaso hoy no es posible reconstruirla tal cual
como fue en el pasado, se debe fundamentalmente a que han cambiado las técnicas
de la construcción y sumado a esto, que los sindicatos han reemplazado a las
logias. Sin embargo, al menos es posible recuperar su esencia y espíritu,
rescatando su ideario y religiosidad, para a lo menos, con una visión
Tradicionalista, tratar de reconstruir sus muros demolidos.
6.- Bibliografia:
Constitucion
de York año
926
Estatuto
de los Canteros de Bolonia año 1248
El
Manuscrito Regius Poem año
1390
Manuscrito
Coock año 1410
Las Constituciones
de los
Masones
de Estrasburgo año 1459
Estatutos de Ratisbona año 1459
-Principios aprobados en la Asamblea
General de la F. M.- Paris año 1523
Manuscrito Grand Lodge Nº 1 año 1583
Estatutos Schaw año
1598
Manuscrito Iñigo Jones año 1607
Reglamento de 1663 año
1663
Manuscrito de Edimburgo año 1696
Manuscrito Dumfries Nº 4 año 1710
Manuscrito Kewan año 1714-1720
El Manuscrito de Trinity Collage
año 1717
La Institucion de los Franc-Masones año
1725
El Manuscrito Graham año 1726
El
Manuscrito Essex año 1750
Cuatro
Santos Coronados (Resumen
de un artículo de José Schlosser, GL de Israel)
La Masonería
Operativa Jorge
Francisco Ferro (Editorial Kier)
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