martes, 19 de agosto de 2014

ESCALA FILOSOFAL - PARTE TRES -




NOCIONES GENERALES DE ALQUIMIA

Acabamos  de  señalar  la  necesidad,  para  comprender  a  un interlocutor,  de conocer su lenguaje.  Hemos,  a la luz de la historia, revelado el rol de la Rosa-Cruz en el génesis de la Francmasonería Especulativa.  Sabemos  la  importancia  que  este movimiento acordaba, como medio de acción a los conocimientos misteriosos que le acompañaron, a lo largo de las edades, es decir, a las doctrinas esotéricas tradicionales y, entre ellas, a la Alquimia, material y espiritual. Es necesario pues echar un vistazo general a la Alquimia, porque toda la evolución interior del Masón, descansa en estos elementos.
Ahora bien, la terminología hermética emplea, en las palabras y expresiones, un sentido que no tiene relaciones directas con sus equivalentes   del   mundo   profano.   Es   pues   indispensable familiarizarse  con  lo  que  se  entiende  aquí  con  respecto  a denominaciones esenciales, que son los nombres de los elementos constitutivos de la Materia Primera y de su evolución hacia el estado último: El Oro, símbolo de la perfección en el seno de la vida metálica como en el de aquella a la cual aspira el Masón.

a)     Las cuatro Cualidades elementarias.

Lo Frío, origen de la fijación, de lo fijo, se manifiesta por una ausencia total o parcial de vibraciones, cuyo efecto es coagular o cristalizar a la Materia, destruyendo el principio de expansión que está en lo Caliente  (conservación)  su opuesto. Su acción es pues astringente, fijadora, moderante, cristalizante.
Lo Húmedo,  origen de  la  feminidad,  se traduce por una vibración  de  naturaleza  atractiva,  mudable,  inestable, soporífera  enervante  relajante,  humectante,  la  cualpenetrando a los átomos, divide a los homogéneos y une a los heterogéneos, provocando de esta manera la evolución de la Materia,  o  su  disgregación.  Su  acción  es  temperante, debilitante, emoliente, dispersante.
Lo Seco, su contrarío, origen de la reacción, se manifiesta por una vibración de naturaleza retentriz, eréctil, irritante, que  contraria y retiene  el  impulso dado.  Su acción es retractiva.
Lo Caliente, origen de la masculinidad, se traduce por una vibración de naturaleza expansiva, dilatante, rarefaciente, que  provoca  la  evolución  de  los  átomos.  Su acción  es vitalizante, coctriz (coctrice), estimulante, dinámica.
En el Hombre estas cuatro Cualidades Elementarias nos dan:
Lo  Frío: Impasibilidad,  escepticismo,  egoísmo,  deseo  de absorción.
Lo Húmedo: Pasividad, variación, asimilación, deseo pasivo de sumisión.
Lo Seco: Reacción,  oposición,  retención,  deseo pasivo de dominio.
Lo Caliente: Expansión, entusiasmo, acción, deseo activo de persuasión.

b)   Los cuatro Elementos.

Tierra: La acción reactiva de lo Seco sobre lo Frío, la divide y,  de esta manera,  oponiéndose a su total  fijación,  le transforma  en elemento Tierra,  principio  concentrante  y receptor.
Agua: La acción refrigerante, coaguladora, atómica y fijadora de lo Frío sobre lo Húmedo la condensa, la hace pesada y le transforma en Agua principio de circulación.
Aire: La acción expansiva, dilatante y enrareciente de lo Caliente sobre lo Húmedo, le transforma en Aire, principio de atracción molecular.
Fuego: La acción reactiva, retentriz, eréctica e irritante de lo Seco sobre lo Caliente, le transforma en Fuego principio de dinamización violenta y activa.
En el Hombre, estos cuatro Elementos dan:
Tierra: Inquietud, taciturnidad, reserva, prudencia, ternura contenida o egoísmo,  espíritu concentrado o pretencioso, desconfiado, reflexivo, ingenioso, estudioso, solitario.
Agua:  Pasividad,  indolencia,  disgusto,  lascitud,  pereza, sumisión,    inconstancia,    versatilidad,    inconsciencia, negligencia, incerteza, timidez, temor.
Aire: Amabilidad, cortesía, servilismo, agilidad, sutileza, iniciativa, prontitud, asimilación, ingeniosidad, armonía.
Fuego: Violencia, autoridad, ambición, entusiasmo, presunción, orgullo, irascibilidad, ardor, fervor, coraje, generosidad, pasión, prodigalidad, impetuosidad, vanidad.

c)       Los tres Principios Filosóficos.

Principio Azufre: Lo Caliente, contenido en el Fuego y en el Aire.   engendra  un  principio  de  naturaleza  caliente, fecundante,  fermentable,  que  se  denomina  Azufre.  Es  el principio Masculino de toda semilla, de él nace el sabor, su color fundamental es el rolo. En el Hombre corresponde al Espíritu-
Principio Mercurio: Lo Húmedo contenido en el Aire y en el Agua engendra un principio de naturaleza vaporosa, sutilmutativa, generante, que se denomina Mercurio. Es el principio Femenino de toda semilla,  de él nace el olor,  el color fundamental azul. En el Hombre corresponde al Alma.
Principio Sal: Lo Seco, contenido en el Fuego y en la Tierra, engendra un principio de naturaleza seca, cohesiva coagulante, que se denomina Sal. Es el principio de unificación de lo Masculino y de  lo Femenino Herméticos,  como también el resultado de su unión. De él nacen la forma v el peso el color fundamental es el amarillo. En el Hombre corresponde al Cuerpo.   (Recordemos  que   sólo   existen  tres   colores fundamentales, de los que salen, por combinación, los otros tres colores, que se llaman secundarios. Son el rojo, el azul y el amarillo, de los cuales provienen el violeta, el verde y el anaranjado.)
Son estos los tres Principios que, en el Vocabulario de la Alquimia tradicional, constituyen la Sustancia próxima de los seres y de las cosas.

d)      Los dos Metales de los Sabios.

La Plata de los Sabios: llamada también el Mercurio de los Sabios, en oposición al Mercurio Filosófico, que le precede en el estadio anterior y que es preciso no confundir con el Mercurio de los Locos, que es el azogue o mercurio vulgar. La Plata de los Sabios es denominada también Plata Filosófica. Resulta de la absorción de una cierta cantidad del Principio Azufre por una cantidad determinada del Principio Mercurio, o, para que quede más fácil, por la absorción proporcional de una cantidad de Oro vulgar por una cantidad determinada de Principio Mercurio. Este Oro vulgar no debe haber sufrido previamente ni exaltación (sublimación o volatilización), ni transfusión. En una palabra, no debe haber sido refundido o aliado a sí mismo, debe ser virgen.
El Oro de los Sabios: Llamado aún el Azufre de los Sabios, por oposición al Azufre de los Filósofos, que le precede al estado anterior, o con el Azufre de los Locos, que es el azufre vulgar.  El  Oro  de  los  Sabios  es  todavía  llamado  Oro Filosófico. Resulta de la absorción de una cierta cantidad de Principio  Sal por una cantidad determinada de Principio Azufre, o, más sencillo, por la absorción de una cantidad proporcional de Plata vulgar por una cantidad determinada de Principio Azufre. Esta Plata vulgar no debe haber sufrido previamente ni exaltación (sublimación o volatilización), ni tras fusión. En una palabra, no debe haber sido refundida o aliada a sí misma, debe ser virgen.
Estas dos Operaciones resultan de una serie de cocciones sucesivas (multiplicación).

e)       La Crisopea o Piedra Filosofal.

La Crisopea: se obtiene por la lenta cocción en el Huevo Filosófico (matraz), colocado este en un baño de arena, en el seno del Atanor (horno alquímico), de la mezcla y de la destrucción del Oro de los Sabios y de la Plata de los Sabios. Como se puede observar, estos nueve principios del Hermetismo se  corresponden  perfectamente  con  las  nueve  entidades metafísicas a las cuales hicimos alusión en la página 14 y siguientes. Son las manifestaciones tangibles en el seno de la Materia, tal como el Espíritu Universal de los alquimistas y el  Gran  Arquitecto  del  Universo  de  los  Masones  son probablemente  idénticos.  En todo caso, para los Masones alquimistas del siglo XVIII, esta identidad no les merecía la menor duda. (¡Seguramente al escribir lo anterior nos van a acusar de panteístas ¡Citemos pues algunos párrafos de la Logia Agrapha: "Levanta la piedra y Me encontrarás ahí..." "Hende el leño, porque estoy dentro..." Ahora bien, son estas palabras  de  Jesús,  que nos  transcriben  los  papiros  de Oxvrhvngue, descubiertos en el siglo XIX y citados por DANIEL-ROPS en la obra "Jesús y su tiempo"... Citemos también al Apóstol  Pablo: "El Dios Supremo es  el Arquitecto y el Fundador..." (Hebreos: XI-10).)
¿Ahora bien, si estas nueve potencialidades se manifiestan y obran en la materia llamada inanimada, no lo harían también igualmente en el dominio del espíritu, que no es siempre más que la materia misma, en su aspecto más sutil?

DE LA ALQUIMIA A LA ANDROQUÍMICA

El Hombre, coronamiento de la Naturaleza, es un Microcosmos, exactamente compuesto como el Macrocosmos, del cual no es sino el reflejo y la síntesis. En él, como  en toda fracción de la Materia, se combinan, se asocian o se oponen, las cuatro Cualidades Elementarias  ( Frío, Húmedo, Seco, Caliente), las cuales dan lugar, mediante estas mismas combinaciones, a los cuatro  Elementos (Tierra, Agua Aire, Fuego).
En el Hombre, estas reacciones producen lo que se acostumbra denominar los Temperamentos, los cuales son evidentemente cuatro: el melancólico o nervioso, el linfático, el sanguíneo y el bilioso.
A su turno, estos Temperamentos engendran en el Hombre a los cuatro Humores, que son, en realidad,  la manifestación de los Elementos. Son: la bilis negra, la linfa, la sangre y la bilis.
Vamos a pasar revista a cada uno de estos elementos, uno después del otro.

Temperamento Melancólico (Producto de lo Seco y lo Frío).

En su aspecto físico, el Melancólico es débil, su musculatura es anémica, su contacto es seco  y frío, su piel es apagada y su color terroso, su pulso es imperceptible y duro, su digestión lenta, su capilaridad es rara, de color impreciso, la orina poco abundante, el oído es duro.
El Melancólico es análogo la Elemento Tierra.  Es muy frío y reservado, modesto, desconfiado, triste, estudioso, reflexivo y circunspecto, prudente, profundo, meditativo, creador fácil, ingenioso y solitario.
La naturaleza Caliente y Húmeda son en él insuficientes para moderar la naturaleza Seca y Fría,  que disminuyen el ritmo  de  la circulación y cristalizan los líquidos por astringencia y retienen los productos  de la combustión orgánica. El Melancólico es el polo opuesto del Sanguíneo; se produce en él una hiperproducción de un humor seco, frío, pesado, llamado bilis negra. La diátesis mórbida del Melancólico es el artritismo y la uremia. Este humo seco y  frío, pesado, es antivital y conduce a trastornos profundos, que tienen una repercusión directa sobre los nervios y el cerebro. De esto se sigue que el sujeto deviene triste, hipocondríaco, histérico, neurasténico, misántropo, y  se cree gustosamente ignorado e incomprendido. A veces llega a sentir disgusto por la vida y puede alentar una cierta propensión al suicidio. Es inactivo, inerte, soñador, indiferente por las cosas de la vida, jamás se siente satisfecho de la vida y siempre está en un estado de ánimo taciturno.

Temperamento Linfático  (Producto de lo Frío y lo Húmedo).

En su aspecto físico,  el Linfático es más bien gordo, su carne es blanda, al contacto su piel  flácida y fría, sus músculos fofos, su talla es baja, la tez pálida, lívida, el pulso débil, lento y débil, su aliento es a veces malo, saliva y orina abundantes, cabellos bastante andantes.
Es análogo al Elemento Agua: fluctuante, inestable, inconstante, lascivo,  blanducho, versátil, tímido, sumiso, impersonal, sin energía, indeciso, perezoso, apacible. Sus  órganos débiles son el estómago, la nuca, el cerebelo.
Hay  en él abundancia de líquidos fríos, circulación lenta,  carente de calor,  de ahí una superproducción de albúmina, de linfa y de serosidades.
Acentuada esta situación  le conduce a la anemia y a las escrófulas. De esto se derivan las afecciones purulentas, las enfermedades de la piel, de los ganglios, las soriasis, herpes, úlceras y  hasta la elefantiasis. Los huesos a veces suelen estar fuertemente amenazados.

Temperamento Sanguíneo  (Producto de lo Caliente y lo Húmedo)

En su aspecto físico, el Sanguíneo tiene la piel firme, los músculos desarrollados y es armonioso en sus formas, la piel tibia y húmeda, la tez clara y floreciente, el pulso regular y normal, de cabellos abundantes y más bien castaños. El Sanguíneo es armonioso en su persona, de altura proporcionada y graciosa. Tiene una marcada tendencia a la lozanía. Su organismo  y su persona misma es equilibrada, funciones respiratorias y circulatorias normales.

El Sanguíneo es aficionado a los ejercicios físicos, a los placeres sensuales y  a los  de la mesa. Moralmente, su inteligencia es viva,  su memoria abierta y su imaginación fértil. Pero  el Sanguíneo es más brillante que profundo, más espiritual que un filósofo, su juicio es siempre equilibrado.
Análogo al Elemento Aire, el Sanguíneo tiene algo de su naturaleza y posee las particularidades que le confiere este Elemento. Es generoso, amable, ladino, dinámico, inconstante, enamorado de los placeres, teniendo sentimientos impulsivos y nobles.
El desequilibrio se produce en el Sanguíneo por el abuso de los placeres de la mesa y por su sensualidad. Su diátesis mórbida es la plétora. Al agravarse este estado puede conducirle a trastornos graves, especialmente al artritismo y la gota.
Las inflamaciones locales son de temer.

Temperamento Bilioso  (Producto de lo Caliente y lo Seco)

En su aspecto físico, el Bilioso tiene músculos visibles y duros, es injusto, de tez amarilla colorada, su piel es al contacto tibia y rugosa, cabellos rubios. El pulso es  duro,  rápido, débil. Es instintivo e irascible, tiene apetitos repentinos e impetuosos y,  frecuentemente tiene una sed permanentes.
Los Biliosos estando bajo la influencia del Elemento Fuego, participan de su naturaleza y se apropian sus cualidades. Son frecuentes los estados febriles, con agitación y movimientos bruscos. Su sueño a menudo está agitado por sueños y pesadillas. Impaciente, ambicioso, audaz, temerario, inteligente y más espontáneo que reflexivo,, más intuitivo que profundo, aunque menos equilibrado que el Sanguíneo. Los actos de los Biliosos son espontáneos, violentos, parciales, irreflexivos, instintivos.
El Bilioso  es susceptible de coraje y también tiene sangre fría, de devoción, entusiasmo, pero es frecuentemente parcial e injusto. Su  audacia le expone a accidentes y a la discordia; su imprudencia y su ambición le crean enemigos.
El Temperamento Bilioso se caracteriza por el exceso de combustión orgánica y vital; lo  Frío y lo Húmedo son, en el Bilioso, insuficientes para moderar lo  Caliente y lo Seco.
De esta carencia de un elemento atemperador, resulta un exceso de vitalidad, una febrilidad que se caracteriza por una exageración de  los movimientos y de la motricidad, que la naturaleza retentiva y retractriz de lo Seco, favorece la brusquedad, los  actos intermitentes e inarmónicos, y que el Calor hace impetuosos y violentos.
Estos elementos análogos se reproducen en la esfera moral. El Bilioso es irritable, orgulloso, dominante e irascible.
La digestión del Bilioso es rápida y fácil y esta  función es en él  la mejor. En el amor, el Bilioso es fiel pero celoso, vengativo y sin piedad. Su diátesis mórbida es el mal  hepático; las lesiones del hígado por obstrucción en la cual los cálculos son frecuentes. Los riñones están igualmente amenazados y los flujos de bilis pueden producir graves desórdenes en el organismo, tales como: derrames, hipertrofias, cálculos biliares, cirrosis, ictericia, la cólera en los Biliosos es pronta y violenta, y es para él, una perpetúa amenaza.

0
0       0

1.- La Bilis Negra o Melancolía (Naturaleza: Tierra; Cualidades: Seco – Frío).

La Melancolía o Bilis negra es un humor espeso, producto de los residuos funcionales del organismo. Si estos residuos son abundantes, en el sujeto predomina la Melancolía.
Estos  excesos de residuos funcionales  pueden nacer de dos causas:

a)    Por una disminución en la serie de los desdoblamientos fermentativos que sufre la molécula de albúmina en un medio reductor, de donde proviene la creación de creatina, de cuerpos úricos y de leucomaínas. Esta condición deriva en artritis; y
b)   Por disminución de las funciones eliminatorias, produciéndose urea, lo que se traduce en uremia.

Casi siempre los estados mórbidos, engendrados por la Melancolía, provocan profundos trastornos nerviosos, lo que actúa como causa de una deformación del diagnóstico en los autores modernos, los cuales han substituido a la Melancolía por las “enfermedades nerviosas”.
Este Humor, cuando acrece en el organismo, es el último término de la evolución humoral y también el signo precursor de la vejez.

2.- La Linfa (Naturaleza: Agua; Cualidades: Frío – Húmedo)

La Linfa es un humor acuoso y frío, que juega un rol importante en el organismo como elemento atemperador de los Caliente y de los Seco. Está en relación con el sistema circulatorio mediante los vasos linfáticos y  con el aparato digestivo a través de vasos especiales, que reciben sus productos y que son las venas quilíferas.
La Linfa está relacionada también con el sistema nervioso. Los vasos linfáticos son muy numerosos en los  tejidos serosos  y pasivos, y aún más, el sistema linfático  está íntimamente asociado a las funciones de la piel. Como el tejido dermoide tiene relaciones estrechas y conexiones con el tejido óseo, la Linfa, por carambola, ejerce una gran influencia en los huesos.

3.- La Sangre (Naturaleza: Aire; Cualidades: Húmedo – Seco)

La Sangre es el líquido vital por excelencia;  sus relaciones con el aire de los pulmones, su anastomosis a través de las paredes de los tejidos celulares finalizan la obra de la circulación exterior. Su  acción sobre los nervios, que baña y vivifica, es pues manifiesta.
Es una verdad que si el músculo se “nutre” con la sangre, refleja exactamente la plasticidad de esta. El corazón mismo no es otra cosa que un músculo hueco. La endocardia y la pericardia no  son sino la repercusión de las afecciones reumáticas articulares sobre el corazón.
Aún más, las funciones sexuales, sobre todo en el hombre, tienen con el aparato circulatorio estrechas relaciones, principalmente con la función espermática y erectiva.

4.- La Bilis (Naturaleza: Fuego; Cualidades: Caliente – Seco).

La Bilis es un humor caliente  y seco, que se produce de la irritación. Su fuente está sobre todo en el hígado y en la vesícula biliar. Este humor facilita las funciones digestivas y disuelve las materias grasas y albuminoides. Es,  en  suma, un humor excrementivo, sobre todo cuando está cargado de impurezas, que han sido lavadas del estómago. La Bilis absorbe los ácidos y su abundancia en el organismo hace alcalinas las digestiones.
La Bilis puede llegar a ser tóxica, cuando se produce en exceso o está sobrecargada de impurezas, en este caso,  irrumpe en la circulación y puede producir graves consecuencias. El hígado, cuando funciona anormalmente, dispone al sujeto a las enfermedades de la Bilis, incluyendo la diabetes, porque el hígado contribuye a la producción de azúcar.
Es muy evidente que el Hombre no es jamás una manifestación pura absolutamente de un Temperamento específico y no está sometido exclusivamente a un solo Humor.
En él se combinan una serie de influencias diversas. En realidad, es posible establecer una jerarquía en el conjunto y es posible dar a cada Temperamento y a cada Humor su lugar en una clasificación tempero -humeral, mediante coeficientes de influencia.
Pero no diréis, he aquí que nos encontramos lejos de esta Alquimia intelectual y moral que nos hacía entrever el autor al comienzo de este estudio. Allá vamos.
Cada Temperamento se encuentra en correspondencia analógica, al igual que cada Humor, con una modalidad de manifestación de la personalidad, se debe poder asociar cada uno de ellos,  en modo cuaternario, a una de las cuatro Virtudes Cardinales (PrudenciaTemplanzaJusticiaFuerza), como a uno de los cuatro Vicios Cardinales (GulaLujuriaPerezaAvaricia) .
Y, de esta manera, abordaremos, finalmente, el dominio propio de la Arquitectura Filosófica, como el simbolismo tradicional  de las Herramientas en el Arte Real.
Hace muchísimo tiempo que la evolución del hombre y su espiritualización progresiva, con la ayuda de la Vida Iniciática, han sido comparadas a la construcción de un verdadero Templo Interior.
Es por ello que un rosacruciano, Roberto Fludd, un siglo antes de la aparición de la Francmasonería Especulativa, nos dice:
“Es de esta  manera como se construirá el Templo Interior, con respecto al cual los de Moisés y Salomón no fueron más que sus prefiguraciones. Luego, cuando este Templo  sea consagrado, sus piedras muertas llegarán a ser vivientes, el metal impuro quedará transmutado en oro fino, y el Hombre recobrará su estado primitivo y pureza y de perfección...” (Roberto Fludd: “Summum  Bonum quod est verum: Magiae, Cabala, Alchymiae, Fratrum Rosae – Vía verotum”.)
“Este Templo es como el Cielo, en todas sus partes...” (Inscripción que figura en el Templo de Ramsés II.)
“El Templo de Salomón...  fue construido a imagen  del Hombre y del Universo. Estudiar el simbolismo secreto del Templo, es estudiar el uno y el otro...” (J.B. Willermoz, manuscrito N° 5475 de la  Biblioteca de Lyon, 1778.)
Tres  siglos más tarde, Funcanelli, en su obra “Les Demeures Philosophales”, tomo II, se hace eco, con estas palabras,  de esta Tradición, que no dejará de interesar a todo Masón experimentado: “No se podría describir mejor la doble naturaleza del Magisterio, sus colores y el alto valor de esta Piedra Cúbica que incluye en sí a la filosofía toda entera...
La filosofía confiere a la que la esposa  un gran poder de investigación. Permite penetrar en la íntima complejidad de las cosas, que hiende como con una espada,  descubriendo allí la presencia del spiritus mundi del cual hablan los maestros clásicos...”
(Observamos al lector, antes que nada, que las correspondencias analógicas y los atributos de la Tetractys alquímica, dados en esta obra, son los de la Tradición esotérica clásica. Describen los principios mismos del Hermetismo y dependen estrechamente unas de otros. Estas son las de la técnica de la Alquimia Espiritual; no hemos innovado en nada. Si hemos debido justificar ciertas relaciones y ciertos hilos conductores ocultos entre las Herramientas del Arte Real y las  potencialidades intelectuales y  morales clásicas, es porque temíamos que fueran pasadas por alto  por los Masones poco familiarizados con el simbolismo analógico).


LA ESCOLÁSTICA EXOTÉRICA


“La ignorancia es un crimen cuando es el resultado
 de la indiferencia por la Verdad.
 Lee pues, asimila, reflexiona y trabaja...”
 (Evangelio de los Talladores de Piedra y Maestros de Obra,
Compañeros Extranjeros del “Deber de la Libertad”.
 Mediados del Siglo XVIII).

La nueva escolástica medieval dividía al conjunto de los conocimientos humanos, necesarios para toda vida intelectual, en dos categorías, el quadrivium (o vía cuádruple) y al trivium (o triple vía). El  todo constituía pues el septenario de conocimientos profanos que, aquellos Masones de altos grados que, en materia de años, “ya  no se cuentan”, han encontrado, en la tarde  en  que se efectuó  su Iniciación Masónica a cierto grado frente a sí el águila johanítica de plata y arena y la tradicional escala filosofal.
En realidad, esta última escala era más completa que su semejante del mundo profano medieval. Al septenario  de las ciencias agregaba el de las virtudes. Lamentablemente, no es menos cierto que la actual escala masónica es incompleta. En  ninguna parte, desgraciadamente, la Masonería presenta hoy día esta  síntesis gnóstica que los Cenáculos ultra  secretos de la Edad Media gótica ofrecían a los  iniciados adeptos.
Sin Embargo, la auténtica scala philosophorum no ha dejado de estar siempre presente ante el Masón. Le acompaña desde el momento en que recibe la luz como  Aprendiz, a través  de los diferentes viajes que le conducen hasta la Maestría y aún más allá de esta. Pero sus símbolos maravillosos están de tal manera velados que muy pocos Masones son capaces de descubrir los lazos que unen a unos y otros. Creemos conveniente y útil restituirles toda su relevancia, sin lo cual el Masón de las Logias simbólicas permanecería  siempre a la espera de una revelación iniciática que no le llegará jamás.
La escolástica medieval profana ignoraba voluntariamente la existencia de una escolástica iniciática, detectada, resumida y codificada por los Hermetistas de esta época. Estos últimos no eran desde luego sino los herederos de los antiguos gnósticos ya desaparecidos, cuya cuna estaba situada en el Egipto, Asiría  y el Irán, hace decenas de siglos.
Esta escolástica medieval exotérica agrupaba, en consecuencia, los conocimientos útiles de dos grupos:

1.- El Cuadrivium -   Geometría, Astronomía, Música, Aritmética.
2.- El Trivium – Dialéctica (o Lógica), Retórica, Gramática.

La escolástica medieval esotérica agregaba un tercer término, el Bivium, que englobaba a la Astrología y a la  Alquimia.
En realidad, hay que reconocerlo, fue la posesión de estos nueve conocimientos  la que produjo tantos pensadores de valor en esta época y aún durante el Renacimiento, que siguió a la Edad Media y la superó.
Recordaremos brevemente el significado  de sus denominaciones y en que nos son poco familiares, sus antiguas definiciones y en que consiste.


EL QUADRIVIUM


Geometría – Ciencia que tiene por finalidad la mediación de las líneas, superficies y volúmenes. No se reconocen en geometría nombres, es decir, las imposiciones de palabras a las cosas que están claramente designadas, en una terminología perfectamente conocida.
Se denomina geometría elemental a la que se limita a considerar las propiedades de las líneas rectas, circulares, de las figuras y de los sólidos que dependen de estas dos modalidades de líneas. Se llama geometría antigua la que emplea solamente la síntesis, a la manera de Euclides. La geometría trascendente es la que exige el empleo del cálculo infinitesimal. La geometría analítica o general es aquella que, como lo hizo Descartes, por vez primera, utiliza el cálculo algebraico en el análisis de las propiedades de las curvas y de las superficies y que, de esta manera, resuelve de una manera general los problemas que, anteriormente, no eran resueltos sino para cada caso particular. Geometría de lo infinitamente pequeño se denomina aquella parte de la geometría  General que emplea el cálculo diferencial e integral. La geometría descriptiva es el conjunto de los métodos que permiten resolver gráficamente, o sobre un solo plano, los problemas de tres dimensiones.
Finalmente, se daba el nombre de geometría del compás a un método que permitía resolver gráficamente ciertos problemas con la sola ayuda del compás. En el seno del Compañonazgo de antaño, su posesión era privilegio de los Maestros de obra.
En nuestra época, las necesidades derivadas de sus propios descubrimientos colocaron a Einstein en la  necesidad de construir una geometría no euclidiana.

Astronomía  -  Es la ciencia que comprende el estudio de los Astros y de las leyes que gobiernan sus movimientos, a lo que se agrega, en nuestra época, el estudio de su constitución físico – químico, como la del Espacio intersideral.
Se denomina astronomía matemática la que se ocupa particularmente del cálculo de las fuerzas a que obedecen los Astros. La astronomía física se ocupa más especialmente aún de las condiciones físicas de los Astros. Finalmente, la astronomía náutica incluye toda aquella parte de esta ciencia que tiene por objeto trazar el curso de todo elemento de navegación, marítima o aérea.

Música  -  En  el sentido antiguo y primitivo, la música no era una ciencia particular, estaba constituida por todo lo que pertenecía a las Musas o de  ellas dependía.
En nuestra época denominamos a este conjunto Artes Liberales y son nueve: Historia, Música la Comedia, la Tragedia, la Danza, la Elegía, Poesía Lírica, Astronomía, Elocuencia o Poesía Heroica.
Como se ve, todas constituían una ciencia muy importante, que cubría todo Arte susceptible de aportar al Espíritu del Hombre  la noción de lo agradable y bien ordenado.
Entre los egipcios, de acuerdo con Platón, la música incluía la reglamentación de las costumbres y el  establecimiento y conservación de una buena conducta habitual.
Actualmente damos la denominación de Música a la ciencia que trata el empleo de los sonidos llamados racionales, es decir, que se distribuyen en la escala llamada gamma. Esta significación parece haber sido formulada con claridad en la escuela  de Aristóteles, pero  sin que jamás, entre los antiguos, haya excluido en absoluto a los otros sentidos ya expresados. De esta manera, definimos a la Música como la aplicación y combinación del arte de los ritmos y de los sonidos.

Aritmética – La Aritmética es la ciencia de los números y de su empleo. No hay que confundir el número, que es una abstracción, con las cifras, que no son otra cosa que símbolos gráficos. La Aritmética es pues el arte de calcular.
En nuestra época empleamos fructíferamente el término Matemáticas para designar esta ciencia de los números y de su manejo. Se llama Matemáticas puras a las que sólo se ocupan de la teoría, sin ninguna idea de aplicación. Se comprenden bajo la denominación de  Matemáticas mixtas las que consideran las  propiedades de la  dimensión en ciertos cuerpos o sujetos particulares.

EL TRIVIUM



Dialéctica (o Lógica)
La Lógica es la ciencia que tiene por objeto determinar las propiedades del razonamiento. Se trata pues de una ciencia eminentemente útil para el Masón. Pascal estima que la Lógica posiblemente  tomó sus reglas de la Geometría, sin comprender su  fuerza.
Se denomina lógica natural a la facultad de razonar que hemos recibido de la naturaleza, con independencia de sus reglas. La Lógica es pues,  como lo vemos, la ciencia que tiene por objeto el estudio de los procedimientos de razonamiento.
La Dialéctica es un arte que  tiende a permitir la demostración de cualquier cosa particular. Mientras que la Lógica razona, la Dialéctica argumenta. La Lógica se aplica a distinguir lo verdadero de lo falso: la Dialéctica intenta presentar las proposiciones de manera que parezcan ser verídicas y sean admitidas por el interlocutor. En general, el término Dialéctica se aplica sobre todo a los procedimientos de argumentación, mientras que la Lógica se aplica a los procedimientos de razonamiento. Es en este sentido  que se habla de la dialéctica platónica, pero no de su Lógica.

La Lógica es, indiscutiblemente, superior a la Dialéctica, como lo prueba su etimología. Esta palabra deriva de la griega logos, que significa razón. En la filosofía platónica, Dios es considerado la Razón y el Verbo del Mundo, que contienen en sí a las ideas eternas, a los Arquetipos de las cosas. No contienen en  sí nada de erróneo o impermanente.

Retórica  - La Retórica es el arte que permite expresar adecuadamente la naturaleza de los sentimientos y de las cosas, se trata, en realidad, del arte de persuadir. Se coloca, de esta manera, al servicio de la Dialéctica, servidora de la Lógica, y  la Retórica tiene por auxilio a la Elocuencia. Incluye, en esta forma, a la concepción antigua de la Música, es decir, a la  ciencia de los ritmos y de los sonidos.
Un verdadero lógico accederá a la verdad por medio de la Lógica. Si es, al mismo tiempo, un excelente  dialéctico, la Dialéctica le permitirá ser persuasivo, mediante la elección de los argumentos más eficaces para convencer al interlocutor o a su adversario. Si,  al mismo tiempo, es un excelente retórico, el valor de sus argumentos y la excelencia de sus proposiciones serán puestas de mejor manera, en evidencia. Pero, aún más, si posee la ciencia de los ritmos y de los sonidos, si sus frases están dotadas de una armoniosa cadencia, si las palabras finales (las “caídas”) se modulan armoniosamente, formando un eco o resonancia armoniosa, evocando, en cierta forma, la cadencia poética, entonces, su discurso se transforma en una especie de encantación. Es  por ello que en las prácticas Mágicas del mundo antiguo, los encantamientos,  destinados a neutralizar a los sortilegios, debían siempre ser recitados (y no leídos), compuesto en versos, a la manera de poemas. Se trataba de encantar al dios, de agradecerlo, de cautivarlo.

Gramática   - Se denomina Gramática al arte de expresar sus pensamientos mediante la escritura y la palabra, en  forma que se conformen a las reglas establecidas por el uso, estas últimas reposan sobre una ciencia precisa de las etimologías valederas.
La Gramática, arte de escribir y de hablar correctamente, se fundamenta en cuatro principios, que son: la razón, la tradición, la autoridad, el uso. Si debemos a la Lógica la precisión en el discurso, a la Retórica la belleza de sus ritmos y de sus secuencias, debemos a la Gramática la pureza del discurso, la previsión de los términos empleados, su uso correcto.
Se llama Gramática Superior al estudio especial de las cualidades que caracterizan el estilo, considerado en lo que tiene de agradable o de desagradable para el lector o auditor. Se denomina Gramática General   La ciencia razonada de los principios comunes a todas las lenguas. Se designa con el nombre de Gramática Comparada al estudio comparado de los diferentes idiomas.
Se puede decir que la Gramática engloba igualmente el arte de la Escritura porque la primera palabra tiene por etimología la griega gramma, que significa letra.
No es sino  la forma en que los sonidos son expresados gráficamente, lo que o constituye algo sin importancia. No sería apropiado no armónico escribir un poema moderno en gótico antiguo y,  recíprocamente, un texto antiguo nada ganaría al ser  transcritos en caracteres ultra-modernos.
Se denomina escritura  ideográfica aquella que expresa directamente las ideas. Por ejemplo la escritura china antigua y los signos de puntuación en nuestros países.
Se llama escritura fonética la que expresa por medio de ideogramas los sonidos de la palabra. Tales son también los puntos masoréticos del hebreo cuadrado. Se designa escritura silábica la  que representa los sonidos de la vos humana por intermedio de las letras de un alfabeto. La escritura jeroglífica, propia del Egipto antiguo, representaba, en general, las palabras, pero no los sonidos. La escritura demótica derivó de esta última, pero bajo el aspecto cursivo.
En un hecho cierto, perfectamente confirmado por la experiencia, que la escritura expresa perfectamente el carácter y el temperamento de quien escribe. El arte de desentrañar estos, a través de la escritura de las personas, recibe el nombre de grafología.
La Francmasonería posee su propia escritura. Estudiaremos los orígenes y estructura  esotérica de esta, que es extremadamente profunda, en una obra ulterior. Deriva del principio de los Cuadrados Mágicos, más especialmente del de nueve casillas, al igual que el alfabeto hebreo cuadrado antiguo.
(Precisamente, desde ahora, que el orden planetario de los llamados Cuadros Mágicos debe ser invertido, es decir, que el cuadrado de tres casillas por tres es el de la Luna; el de 4 X 4  de Mercurio; el de 5 X 5 de Venus; el de  6 X 6 pertenece al Sol; el de  7 X 7 a Marte; el de  8 X 8 a Júpiter; el de 9 X 9 a Saturno, porque Saturno y el número nueve se encuentran íntimamente ligados.

0
0       0

La Escolástica exotérica empleaba también, más generalmente en el dominio de la Teología, términos y palabras a las cuales daba un significado particular y que reservaba, por lo demás, a esta  ciencia misma.
Es así como la palabra latina donum, significa donfacultad y estaba reservada a la acción propia del Espíritu  Santo. Para la Escolástica exotérica se trataba de las facultades adormecidas en el Hombre y que el Espíritu Santo  despertaba cuando lo estimaba útil para el ser humano, devenido lo suficientemente dócil mediante el ejercicio de las Virtudes habituales. Estas facultades, que son naturales en el Hombre, insisten en este punto, no podían ser actualizadas a menos que el Hombre, por una docilidad, permitiera que el Espíritu Santo le guiará por una suerte de instinto divino, que sustituía al instinto natural.
En el curso del presente trabajo emplearemos a veces el término don, otras veces la palabra facultad. Que el lector sepa bien que para nosotros se trata de facultades naturales, que corresponde al Iniciado desarrollar, utilizar y amplificar. Por  otra parte, no se trata aquí, en el dominio de la Iniciación Masónica, de abordar el aspecto sobrenatural de estos mismos dones, en la forma en que desarrolla el tema la Teología clásica, sino en su aspecto natural. El don de las lenguas no es para nosotros el hecho de expresarse en francés y ser milagrosamente comprendido por aquellos auditores que ignoran totalmente dicha lengua. El don del discernimiento de los espíritus no consiste en saber discernir una manifestación  demoníaca de una teofanía angélica. Más bien, al igual que en todos los otros dones, desde  luego, nosotros veremos allí aquellas facultades muy humanas que la Iniciación Masónica, moral e intelectual, se encuentra en situación de amplificar.
Igual ocurre con él término  carisma. La Escolástica antigua, y sobre todo la Teología, veía en ellos aquellas graciasextraordinarias, transitorias, ocasionales, a veces, y conferidas al Hombre para el bien de sus semejantes. Nosotros veremos en los carismas asimismo las facultades que derivan de los dones. Carismas deriva de la palabra griega Charitas, que designa a las tres Graciasaglae (la brillantez), Talía (la Revendecente) y Eufrosina (el goce del Alma). Eran las dispensadoras de la liberalidad, la elocuencia, la sabiduría. Precedían  los beneficios y los reconocimientos. Sus símbolos eran la Rosa, el Dado y el Mirto. Compartían en los Templos, a menudo comunes, los honores rendidos a Venus, Mercurio y a las Musas, todas divinidades de un carácter iniciático marcado.
Así pues, cuado utilicemos, por comodidad y facilidad en su uso, las palabras dones y carismas, en el curso de este trabajo, entended claramente que sólo señalamos, con estas denominaciones,  aquellas facultades naturales, que se van desarrollando en el profano, en el transcurso de su ascesis masónica, y mediante su práctica. Es en este momento que es conveniente  recordar las enseñanzas del Rosa-Cruz J.  B. Van Helmont: “Una fuerza oculta, adormecida  por la Caída, está latente en el Hombre. Puede  ser despertada por la  gracia de Dios, o aún por el Arte de la Kábalah...” (J. B. Van Helmont: “Hortus Medicinae”, Leyde 1667.)
No deseando referirnos a otros dominios de acción que no sean el plano moral e intelectual, podemos expresar que el Arte Real puede, sin ambiciones irrazonables, sustituir a la Kábalah para el desarrollo natural de sus dones latentes en toda personalidad  profana, con respecto, únicamente, a estos solos planos.
Hemos visto en estas páginas que las nueve Herramientas pudieron muy bien simbolizar, desde antaño, en el esoterismo secreto de los Collegia, a las nueve Entidades metafísicas auxiliares del Gran Arquitecto, siendo este considerado  la cumbre de esta jerarquía, transformando por su presencia a la enéada en década y realizando, de esta manera, la divina Tetractys.
Hemos visto que estas  nueve Entidades podemos también encontrarlas formuladas en la Kábalah, con Kether y sus nueve Cefirotes   secundarios; en los nueve Eones de la Gnose en el mito de Apolo y de sus nueve hijas, las Musas, etc.
Simples emanaciones divinas, entidades – principios, diferentes al Creador,  cada una de ellas es necesariamente imperfecta, porque todo aquello que o es estrictamente él mismo, le es, de esta manera, totalmente extraño con relación a sí mismo.  De aquí proviene, lo repetimos, el sentimiento, el sentido peyorativo e injurioso, asignado, en el Compañonazgo obrero, a la palabra “herramienta”, para designar al aprendiz (o joven), o al Compañero, técnicamente incompetente, perezoso y torpe.
Si el Hombre es un Microcosmo, reproducción y reflejo exacto del Macrocosmo, igual debe darse este en él, y así como el Gran Arquitecto dispone de potencialidades cósmicas para ordenar y organizar el Universo,    el Hombre debe  poseerlas asimismo y de manera equivalente, a fin de hacer orden en sí mismo, psíquica y espiritualmente.
 La tradición judeo-cristiana, exotérica y vulgar, que gravita más fuertemente de lo que se cree sobre nosotros y el pensamiento occidental, no nos deja elegir sino entre el cuerpo y el alma o, siguiendo a San Pablo, entre el cuerpo, el alma y el espíritu. Según esta doctrina el Hombre estaría constituido de manera doble o triple. La tradición oriental es más generosa en esta materia y es la que tiene probablemente la razón al sostener la existencia de siete o nueve cuerpos sutiles.
¿No decimos, en efecto, del hombre que vuelve a tomar posesión de sus diversos modos de acción, que recupera “a sus espíritus”?
Conviene, desde luego, reconocer que, en algunos de sus grandes diccionarios teológicos, la  Iglesia de Roma define al Alma de acuerdo con la tradición judía de la Kábalah: gouohnepheshruah y neshamah. Lo que nos ofrece cuatro principios, cada uno más y más útil, a medida que se aproxima a lo divino, y no  dos o un solo vehículo.

 

LA ESCOLÁSTICA ESOTÉRICA


El  Vitriolo Filosófico


Si la lección que significa la permanencia en la “Cámara de Reflexiones” no ha sido olvidada por el Aprendiz, está en perfecto conocimiento que, antes que nada, debe hacer morir en él  al  “hombre viejo”, despojarse de su antigua personalidad, que se caracteriza por ser ilusoria e impropia para elevarse a los modos superiores de pensamiento.  Creemos útil citar,  al respeto, al gran hermetista  Grillot de Gibry, tomando de su pequeña obra y excelente “Le Grand-Oeuvre”, consagrada a la Alquimia Espiritual, las siguientes frases: “Coordina pues todos tus actos y todas tus  percepciones, a fin de construirte un perfecto conjunto armónico. Esfuérzate  en adquirir la extrema lucidez en tu entendimiento. Apártate de lo que ensucia la vista. No escuches lo que ensucia el oído. Exalta en ti el sentimiento de la personalidad, para esforzarte, luego en absorber esta en el seno de lo Absoluto...”  (Grillot de Gibry: obra cit. II).
A instancia de  sus predecesores operativos, el  Masón especulativo debe ser un constructor. Pero, para construir, le es conveniente en primer lugar limpiar  el lugar destinado a transformarse en su cantera. Le es necesario descifrar, podar, en una palabra destruir ciertas formas y ciertos modos de vida, que le obstaculizan la construcción del futuro edificio.  Todas las manifestaciones de la personalidad no son necesariamente buenas o deseables, como ser lo imagina cierta escuela anglosajona. Existen ciertos impulsos y actividades que, a pesar de su tendencia a objetivarse y de pasar del estado de latencia a acto, deben permanecer en su morada natural: las  profundidades. Es por una disciplina, que debe aplicarse en todos los instantes, que se justifica la verdadera maestría, que es,  ante todo, la maestría o dominio de sí mismo.

Cada Herramienta de la enéada masónica estará revestida, en consecuencia, de un doble modo de utilización: destructor y creador, y asimismo de un triple aspecto:

·         Destructor... de las malas inclinaciones, que se dan en número de nueve,
·         Purificador. de los sentidos físicos y psíquicos, igualmente, en número de nueve,
·         Creador...... de las facultades superiores,  asimismo en número de nueve, pero que se subdividen  a su vez, cada uno, en dos modos de actividades secundarias, o sea, se trata, en total, de veintisiete.  (*)


(*) (El antiguo Compañonazgo medieval practicaba la llamada “Tour de France”, que se realizaba viajando o recorriendo 27 ciudades diferentes, de etapa en etapa, en que el aspirante (Aprendiz) se perfeccionaba antes de acceder al grado de compañero. Este número 27 es también el de las 27 “estaciones” diarias de la  Luna en el curso de su periplo mensual. Es, igualmente, el tiempo que demora Saturno (uno de los tres cronocratores celestes) para recorrer el Zodíaco y que es de 27 años; y, cada una de las “mansiones” diarias lunares equivale  a una permanencia anual de Saturno. Es por ello que las Escrituras pueden afirmar que un día es como un año).

Es esta misma vigilancia interior, de cada instante, este auto control de sí mismo en todas sus actividades lo que, para le Masón, constituye el Vitriolo Filosófico. 
Se sabe, en efecto, que en la Vía Húmeda de la Alquimia Operativa, es mediante un ácido especial, que es un secreto del Arte, que el alquimista ataca a la Prima Materia. Igual ocurre en la Alquimia Especulativa. Corrosivo de las “cortezas” psíquicas y morales del Masón, esta “ácido”, por abstracto que sea, no deja de producir los mismos efectos dolorosos que un ácido material. No se renuncia, en realidad, sin desgarramientos a los “estupefacientes” que son nuestras pasiones habituales y muy humanas, al igual que a esas cadenas que son los hábitos y costumbres.

O
O   O

FIN DE LA PRIMERA PARTE


INTRODUCCION



No hay comentarios:

Publicar un comentario